frikigalactico

lunes, febrero 26, 2007

Oscars 06: Scorsese´s Night

Pues nada, que por fin se ha reconciliado la Academia con el Gran Scorsese premiándole con la estatuilla al Mejor Director del Año. Además, su película, "The Departed", ha sido premiada con 3 Oscars más, entre ellos el de Mejor Película del año (Doblemente contento Marty), Montaje (para la habitual del director,Thelma Schoonmaker, y que a mi me pareció horrendo en su primer tercio del film) y Guión Adaptado. Siempre he dado ha conocer mi desilusión con dicha película, más que nada porque es una remake de una película estupenda china y porque no está a la altura de Obras Maestras como “Toro Salvaje”, “Taxi Driver” o “Uno de los Nuestros”, aunque la Academia estaba en deuda con Scorsese y ha decidido premiarle en esta, que será recordada como su Gala. Ha sido muy emocionante ver como recibía el premio de manos de sus colegas: el Padrino Coppola, el Rey Spielberg, y el Mago Lucas. Lo único que hubiera puesto la guinda a su noche es que el premio a Mejor Película lo hubiera otorgado De Niro y no Nicholson, que ya lo hizo el anterior año.
El resto de premios, más o menos previsibles, Actriz para Helen Mirren, Actor para Whitaker, Secundaria Jennifer Hudson, y la sorpresa para Alan Arkin como Secundario por “Little Miss Sunshine”. El Laberinto del Fauno se ha llevado 3 Premios, siendo la segunda triunfadora en número de estatuillas, aunque no se haya llevado el de Película Extranjera que ha sido para “La Vida de los Otros”. Babel ha sido la gran derrotada, de 7 candidaturas solo ha conseguido llevarse Banda Sonora, de nuevo para Santaolalla que ya lo ganó el pasado año injustamente (estaba John Williams con dos joyas presentes). Me entristece que “Children of Men” y “Apocalypto” se fueran de vacío, pero así son estos premios.
En total, una noche en donde la Academia rectificó fallos de antaño dando un Oscars honorifico a Morricone y premiando de una vez a Scorsese, aunque repito que “The Departed” me parece de sus films más sobrevalorados. Me despido de este mini-resumen con una foto para la Historia.

viernes, febrero 23, 2007

BSO de la semana: The Mission

The Mission de Ennio Morricone: Puesto que este domingo se entregan los Oscars y el único que se sabe abiertamente es el honorífico para el gran compositor italiano Ennio Morricone he decidido colgar hoy esta gran Banda Sonora, de la que más satisfecho se siente el compositor italiano. Con un inteligente uso de instrumentos musicales consigue transmitirnos la sensación de estar en la selva amazónica. El maravilloso tema principal es conocido por todo el mundo y no hay quien no sepa tararearlo. Inolvidables son también los temas "Gabriel´s Oboe" o "Miserere" que cierra el disco. La sensacional película de Roland Joffe no sería lo que es sino fuera por la gran partitura elaborada por Morricone.
5/5

jueves, febrero 22, 2007

Cartas desde Iwo Jima, de Clint Eastwood

1944. Soldados japoneses enviados a la isla de Iwo Jima preparan la defensa de la isla. El General Kuribayashi es mandado para dirigir el ataque. A pesar de todo el esfuerzo por defender la isla, los soldados, con el General a la cabeza, saben que la batalla está perdida.

Segunda parte del díptico sobre la batalla de Iwo Jima. Si hace un mes teníamos en pantalla “Banderas de Nuestros Padres” en donde se narraba la historia de los hombres que colocaron la bandera en el monte Suribachi ahora podemos ver la historia vista desde el lado japonés. Tenía muchas ganas de verla, ya que “Banderas…” me pareció bastante regular para ser de Eastwood y esperaba que con “Cartas...” nos narrara algo mucho mejor. Y la verdad es que la espera ha merecido la pena.
Con un inicio en que se nos muestran imágenes de la isla en 2005, vemos como un grupo de arqueólogos entra en los túneles que guarnecieron a los soldados japoneses y encuentran algo bajo tierra, comenzando a cavar. Desde ese momento se hace un encadenado con la playa de la isla en donde los soldados japoneses están preparando su defensa contra los americanos. Estamos en 1944. Presenciamos la legada del General Kuribayashi y como preparará una nueva estrategia defensiva, ha estudiado a los americanos y conoce sus técnicas. Sin embargo no tiene menos miedo que sus soldados al saber que su flota ha sido derrotada y que están solos en la isla, sin apoyo.

“Cartas desde Iwo Jima” es una película mucho más intimista y poética que “Banderas…”. El primer tercio, antes del ataque, es un verdadero festín para todo amante del cine clásico. Los paseos de Kuribayashi por la isla con esa eminente fotografía semiapagada, la relación que existe entre los soldados con sus rencillas con algunos oficiales, la preparación estratégica para la defensa de la isla. Todo ello con un estilo un tanto sobrio, cercano a las películas japonesas. No voy a decir que emule al cine de Ozu o Kurosawa, que me parecen palabras mayores, pero si es cierto que Eastwood consigue un ritmo, una puesta en escena cuidadísima. El momento del ataque y toda su duración ya es algo más regular, parece que Eastwood no ha nacido para secuencias de guerra por muchos medios que posea. Aún así, dichas secuencias no duran mucho, y lo que realmente nos importa es lo que les pasa a esos hombres escondidos en los túneles que aguantan hasta comprobar que están perdidos y no les queda más salvación que morir honorablemente. El momento en que todos empiezan a inmolarse a vista de dos de los protagonistas es tremendamente desgarrador, transmitiendo una sensación de impotencia contenida. Sin embargo, hay dos muertes a base de suicidio que me parecen memorables, la del Barón Nishi en la cueva, solo, y la de Kuribayashi, viendo la única tierra de la isla que sigue siendo japonesa. Esta última muerte especialmente se convierte en una secuencia memorable gracias a la labor interpretativa, no solo de Ken Watanabe, sino de Kazunari Ninomiya que protagoniza las secuencias más dramáticas del film.
El honor de los japoneses de luchar por su país y morir en ensalzado en esta película y muestra lo importante que es para ellos, viendo una deshonra la rendición. Al ser esta la perspectiva japonesa, había que mostrar cómo se comportaban los americanos con los japoneses que capturaban. Si en “Banderas…” el personaje de Ryan Phillipe entraba en una cueva y veía las atrocidades que le habían hecho a un compañero (momento que intuyo cual es en esta película), en “Cartas…” Eastwood muestra el lado deshumano de los americanos, subrayando una vez más que en la guerra no hay buenos ni malos, sencillamente hombres que luchan por su país, aunque sea en contra de su voluntad.
Además de eso, se establece un vínculo entre japoneses y americanos al leer la carta de un soldado americano que es capturado. Es una carta de su madre. Al leerla, los japoneses sienten que no son tan diferentes a ese soldado, pues sus madres habrían escrito algo igual. Una muestra más del absurdo del deshumanización que supone la guerra en la vida de las personas.

Si en la prímera película los personajes nos importaban más bien poco, puesto que apenas nos identificamos con ellos, en “Cartas…” pasa justo lo contrario. Y todo gracias a una elaboración de personajes mucho más cuidada. El guión ha sido escrito por Iris Yamashita, el cual parece elaborar mejor personajes que Paul Haggis visto el resultado. El General Kuribayashi (sensacional Ken Watanabe) es un excelente soldado, un hombre culto que ha vivido durante un tiempo en América, y un gran estratega. Lleva muchos años como soldado y ha luchado en multitud de batallas. Su presentación en la película no es simplemente su descenso del avión sino cuando detiene a un oficial por golpear a unos soldados y le dice que “un buena capitán debe usar más el cerebro que el látigo”, una frase que lo define muy bien. Por otro lado tenemos al Barón Nishi, admirado por todos los del regimiento por ser el campeón de las olimpiadas en salto ecuestre, se muestra como un magnifico oficial, amigo de Kuribayashi, y una persona que transmite a sus hombres valor. Al igual que el general, ha vivido en América y conoce la lengua, así pues establecerá amistad con un soldado americano que capturan. Su muerte es de lo más memorable del film, en ella se ve la templanza y el honor de un hombre al que le ha llegado la hora y lo asimila con valentía. Por último tenemos a Saigo, el joven soldado que demuestra ser mejor de lo que sus oficiales piensan. Admirador del general Kuribayashi, quien le salva la vida tres veces en la isla, es el personaje que guía al espectador a través de la vida de los soldados. Su maravillosa secuencia junto a Kuribayashi al final es para convertirse en clásica instantánea.
Para ayudar a comprender a los personajes se utilizan los pensamientos de los mismos, trasladados a las cartas que escriben, y en flashbacks. Si en “Banderas…” los flashbacks resultaban un tanto innecesarios y mal utilizados, no se puede decir lo mismo aquí. Gracias a ellos comprendemos el miedo de Saigo en la guerra, fue separado de su mujer estando embarazada y teme no conocer a su hijo, a quien le hizo una promesa. También poseemos detalles de la vida del general Kuribayashi, en especial me quedo con el flashback en que es invitado a una cena en América y es homenajeado regalándole una pistola que lleva siempre con él y que será causa de su final. En dicha cena se establece una conversación con la mujer de otro oficial en que se le pregunta que haría si Japón y Estados Unidos entraran en guerra, a lo que el oficial responde que lucharía honorablemente por su país, aunque eso conlleve matar a personas con quien está comiendo en ese momento.

Clint Eastwood vuelve a demostrar aquí su buen hacer tras la cámara con momentos anteriormente mencionado. La larga duración del film no desciende de ritmo apenas, salvo algún momento puntual durante el asedio. Quizás el final sea un poco más largo de lo necesario, sin embargo está mucho mejor construido que su predecesor americano. El momento en que todas las cartas caen al suelo a ritmo de la maravillosa música de Kyle Eastwood y Michael Stevens, esas cartas representan los recuerdos de aquellas personas que fueron enviadas a una muerte segura, cuyas huellas quedaron para siempre en aquella isla. Un final donde la emoción contenida envuelve todo.

Excelente película que nos muestra lo que tuvieron que vivir aquellos soldados afincados en la Isla de Iwo Jima, servida por la maestría de Clint Eastwood.

8/10

miércoles, febrero 21, 2007

La Saga del Mes: El Señor de los Anillos

La Comunidad del Anillo (2001):

Frodo Bolson vive apaciblemente en La Comarca. Tras la partida de su tio Bilbo el joven hobbit se queda con un preciado objeto, un anillo. El Mago Gandalf el gris advertirá a Frodo del peligro que corre quedándose en La Comarca. Partiendo junto a tres hobbits mas, Frodo huirá en busca de salvación llegando a Rivendel en donde se formará una compañía dispuesta a destruir el anillo.

Cuando se dio a conocer la noticia de que la Obra Magna de Tolkien iba a trasladarse a la pantalla la mayoría de la gente, empezando por los fans, se alegraron. La única versión cinematográfica existente era la película de animación de los 70 que realizará Ralph Bakshi y que tan solo narraba hechos acontecidos en “La comunidad del anillo” y “Las dos torres” en un film no superior a dos horas.
La persona encargada de realizar la adaptación para la gran pantalla era Peter Jackson, quien mostró su empeño por realizar tres films correspondientes a las novelas por las que sentía especial cariño. Claro que no era tan fácil, pues los derechos los tenía Miramax y sus directivos, los hermanos Weinstein, quienes querían una sola película de tres horas. Tras varias reuniones New Line acabó comprándoles los derechos para que Jackson llevara a cabo su visión particular sobre el mundo de Tolkien.
Jackson decidió rodar los films en Nueva Zelanda, trabajando con profesionales de allí, tal es el caso de la compañía de efectos visuales Weta. Con un elenco interpretativo en que brillaban nombres como Christopher Lee, Ian McKellen, Ian Holm, o Cate Blanchett el director realizó un casting para elegir al resto del elenco que daría vida a los personajes de las novelas. Con la mente puesta en actores británicos el director no dudo en contratar a actores americanos como Sean Astin o Elijah Word, quien mostró su especial interés por el proyecto, y en concreto por el personaje protagonista de Frodo, mandándole una cinta a Jackson en que el actor se había grabado a sí mismo interpretando al hobbit. Cuando parecía que todo iba sobre ruedas y el rodaje iba a comenzar el actor elegido para dar vida a Aragorn, Stuart Townsend, fue sustituido por un actor más maduro, Viggo Mortensen.
Con un plan de rodaje que abarcaba las tres películas para ser rodadas a la par el director tuvo que controlar todo el proceso creativo que rodeaba el proyecto. El presupuesto no fue muy alto para una superproducción de envergadura como esta, ya que cada film no costaría más de 100 millones de $ (hablamos de películas de 3 horas de duración con un gran equipo técnico a sus espaldas).
Con la fecha de estreno prevista para Diciembre de 2001, Jackson trabajó duro para que la película estuviera lista sin problemas. Su idea era estrenar cada entrega con un año de diferencia, o sea cada Navidad. La productora New Line se esforzó al máximo para conseguir la expectación necesaria (aunque ya con decir que es la adaptación de la novela fuera suficiente), ya que esa Navidad también llegaría a las pantallas otra importante adaptación literaria, Harry Potter.

El 19 de Diciembre llegaba a los cines “La Comunidad del Anillo”, primera parte de la trilogía de los Anillos. Recuerdo que ese día fui con mi entrada comprada días atrás a la cola del cine a eso de las 10 de la mañana (cuando aún se hacía cola, lástima que ya no se haga) y me encontré con varias personas ya allí (¡¡¡A las 10 de la mañana!!!). Reconozco que quedé boquiabierto, me puse tras la última persona de la cola, una chica que terminaba de leer “La Comunidad del Anillo”. Cada diez minutos iba llegando más gente y la cola iba creciendo y creciendo. En mi vida había experimentado tal cosa en el cine (el estreno de “La Amenaza Fantasma” me lo perdí porque ya se habían agotado las entradas). En las horas que faltaban para la película (empezaba a las 16:30) hablabas con gente de la cola, sobre qué esperaban, si veríamos esto y lo otro. Yo no esperaba gran cosa, lo reconozco. El único libro que había leído era precisamente el primero y me pareció tremendamente tedioso en sus descripciones, y a la película de animación no le tengo un buen recuerdo. A las 14:00 la entrada del cine estaba abarrotada por gente que iba con sus libros, algunos con disfraces, todos entusiasmados. Yo fui solo (cosa no muy extraña en mí) pero no me encontraba solo, ya que entable conversación con varias personas de la cola, de forma que para comer nos turnábamos para ir y que no nos quitarán el sitio. A las 16:00 las puertas del cine se abrieron y comenzó a entrar la gente. Ya no me importaba que la película me decepcionara (tampoco iba con muchas expectativas, repito), ya que el compartir con todas esas personas esa experiencia desde que llegara a las 10 merecía la pena. A la entrada a la sala cada uno nos poníamos como loco a buscar un buen sitio para ver la peli. A las 16:30 en punto toda la sala estaba llena, las luces se apagaron y comenzaron los anuncios durante los cuales la gente reía y hacía chistes, o pedía que empezara ya la película. Apareció el logotipo de Aurum, el emblema de New Line se creaba acompañado de una música que hizo que la sala entera enmudeciera en un silencio que nos transportaba a otra Tierra. Los susurros de Galadriel y sus primeras palabras daban paso al título de la película que muchos habían estado esperando “El Señor de los Anillos”.El prologo de la película recogía en imágenes lo que Tolkien narraba en sus primeras paginas, la forja de los anillos y como fueron repartidos entre enanos, elfos y hombres. Sin embargo había otro anillo que se adueñó el señor oscuro Sauron con el cual dominar la Tierra Media. Una Alianza entre hombres y elfos combatieron a Sauron y su ejército de Orcos derrotándolos, pero el rey de los hombres, Isildur, cayó en la codicia y se quedó con el anillo de Sauron, el cual traería desgracias a todo aquel que lo poseyera. Tras la muerte de Isildur el anillo quedó bajo el mar hasta que fue descubierto por un ser llamado Gollum y que llama al preciado objeto “mi tesoro”. Sin embargo el anillo se separa de Gollum y es encontrado por un hobbit, Bilbo, quien se lo adueña para él.
Todo este prologo aparece en pantalla de manera magistral, narrado por la voz de Galadriel. La enorme batalla entre elfos y humanos contra el ejercito de Sauron y su posterior victoria ya hacía ver que lo que estábamos contemplando era algo majestuoso que llamaba a convertirse en inmortal.
Tras el prologo la acción se sitúa varios años después en La Comarca con el joven Frodo Bolson leyendo en el bosque. Por lo visto Jackson fue fiel a su palabra, había adaptado de manera fidedigna lo que Tolkien escribió.
La historia del joven Frodo Bolson que parte de La Comarca acompañado de sus amigos Sam, Pippin y Merry, para salvar a la Tierra Media de caer en la oscuridad es conocida por todo el mundo. El joven Frodo representa la última eperanza para los habitantes de Tierra Media, demostrando que un ser tan pequeño como él puede hacer cosas grandiosas enfrentándose a todo tipo de peligros. Por supuesto recibirá ayuda del mago Gandlaf, de los guerreros Aragorn y Boromir, el elfo Legolás y el enano Gimli.
El director construye una historia visualmente inolvidable, consiguiendo transportarnos a la Tierra Media. Con un ritmo que no decae en ningún momento, el director consigue dotar de la atmósfera apropiada a cada momento de la historia. Así pues veremos la alegría que se vive en La Comarca y sus habitantes, temblaremos en la Cima de los Vientos cuando hagan su aparición los espectros del anillo, y nos maravillaremos ante los escenarios de ensueño de Rivendel y Moria. Jackson contó con la ayuda de los dos artistas más renombrados a la hora de ilustrar el mundo de Tolkien, Alan Lee y John Howe, cuyos dibujos ayudaron a Jackson a la hora de imaginar el mundo que debía reproducir.
No hemos de olvidar que “El Señor de los Anillos” es una historia donde valores como la amistad, el compañerismo, la lucha del bien y el mal se muestran, pero todo ello en un marco de fantasía y de aventura. Secuencias tan magistrales como el combate entre Gandlaf y Saruman; la lucha que acontece en la Cima de los Vientos entre Aragorn y los nazgul; la espectacular secuencia dentro de las Minas de Moria en que los heroes combaten contra orcos y trols, para acabar encontrándose con el Balrog contra quien Gandalf protagonizara uno de los momentos más inolvidables y dramáticos del film. Todos esos momentos han quedado grabados en la cabeza de más de un amante del cine.
Por supuesto toda esta historia no podría conseguir su objetivo si el reparto no es el adecuado, pero Jackson consiguió unos actores que supieron dar lo mejor de ellos mismo para el personaje. Elijah Word se confirmo como un perfecto Frodo Bolson, al igual que sus compañeros Hobbits, Sean Astin (quien tendría aún mucho que demostrar), Billy Boyd, y Dominic Monaghan. Viggo Mortensen demostró que se habían equivocado dándole el papel a Townsed y que no había un Aragorn mejor que él. John Rhys Davies mostraba su buen sentido del humor dando vida a Gimli, el enano. Cate Blanchett supo sacarle jugo a su breve papel de Galadriel. Ian Holm da vida a Bilbo. Hugo Weaving nos hizo olvidar a su Agente Smith de “Matrix” para mostrarnos una faceta más bondadosa como Elrond. Ahora vamos a mencionar a los peores y los mejores del casting. Liv Tyler es mona, vale, ideal para Arwen, puede, pero no sé en que estaría pensando Jackson cuando decidió darle más protagonismo a su personaje que el necesario. Si algo tiene “El Señor de los Anillos” tiene de culpa es dar a conocer al mundo a ese hombre llamado Orlando Bloom, Legolas en la película, personaje que lo que mejor hace es dar volteretas y tirar flechas (será lo único que sabe hacer este chico como demuestra en “Troya” o “Piratas del Caribe”). Ahora bien, entre lo mejorcito del reparto nos encontramos con Christopher Lee como Saruman y a Ian McKellen como Gandalf, los dos están sensacionales como los magos a los que dan vida y sus secuencias juntos son inolvidables (ese combate). Sin embargo el mejor de todo el elenco interpretativo es ese actor que tan infravalorado está como es Sean Bean, su interpretación como el codicioso Boromir está llena de tantos matices y contradicciones que el espectador es incapaz de no comprenderle y sentirse identificado con él, debería haber estado nominado él en lugar de McKellen.
Además del reparto también ayudaron mucho el sensacional vestuario, la dirección artística, los efectos especiales, y la magistral partitura de Howard Shore, quien crearía una de las obras musicales más memorables del Septimo Arte. Enya fue contratada para cantar el tema principal que ponía punto y final a esta primera aventura por Tierra Media, “May It Be”.

En la ceremonia de los Oscars de 2001 “El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo” partía como gran favorita con 13 Nominaciones de las que acabó ganando 4 correspondientes a Efectos Especiales, Fotografía, Maquillaje y Banda Sonora. Debería haber ganado merecidamente aquel año, ya que la ganadora fue la sobrevaloradísima película de Ron Howard “Una Mente maravillosa”.

“La Comunidad del Anillo” fue una experiencia cinematográfica inolvidable, a pesar de faltar ciertos detalles del libro (Tom Bombadil) y de tomarse libertades creativas, Peter Jackson consiguió no solo complacer a los amantes de las novelas sino a todo buen amante del cine.

8/10

Las Dos Torres (2002):
La Guerra por la Tierra Media va a dar comienzo. Mientras Sam y Frodo van en dirección al Monte del Destino acompañados por Gollum, Aragorn, Gimli y Legolas siguen la pista de Merry y Pippin. Por el camino se encontrarán con Gandalf, quien les guiará hacia Rohan en donde el mal ya ha hecho su aparición. El poder del Señor Oscuro aumenta y deben estar preparados para la gran batalla del Abismo de Helm.

Tras el enorme éxito de la primera película las expectativas hacia “Las Dos Torres” eran muy grandes. Jackson había conseguido reflejar el mundo de Tolkien de manera magistral por lo que no cabía más que esperar otra gran película.
En lo me respecta a mi, el año que separó una película de otra lo dediqué a leerme la trilogía completa y a comprarme la Edición Extendida de La Comunidad del Anillo para disfrutarla de nuevo previo visionado de la segunda. He de decir que de los tres libros el que más me gustó fue el segundo precisamente, y no porque se fuera a estrenar el film, sino porque me pareció muy interesante la forma en que está construido y porque posee mucha más emoción que el anterior.
Llegó Diciembre de 2002 y de nuevo compramos las entradas previas al estreno, esta vez fui acompañado y la entrada era numerada por lo que no había que hacer cola. Lo que seguía existiendo era ese ambiente de emoción previa a la proyección, claro que ni una pizca de lo vivido con la anterior.

La película comenzaba con un flashback que nos devolvía a Moria en donde Gandlaf lucha contra el Balrog, del momento en que vimos desaparecer a Gandalf en la primera, aquí caemos junto a él y contemplamos su salvaje combate con el Balrog hasta el fondo de la tierra. Un inicio realmente prometedor. Lástima que el resto del film sea muy irregular. Jackson ya anticipaba que esta película era la más difícil de las tres por no poseer principio ni final, y ser un film dependiente, por tanto igual que el libro. Sin embargo lo que Tolkien hace en el libro de manera que uno lo acabe con ganas de empezar el siguiente, Jackson no lo consigue en el film, realizando una película tediosa con buenos paisajes y efectos especiales. Quizás esto indigne a muchos, pero más indignado me sentí yo al ver “Las Dos Torres”, ya que siendo mi novela favorita de los anillos esperaba una adaptación tan fiel como la de “La Comunidad”.
Por un lado en esta película tenemos lo que les ocurre a Frodo y Sam, que no importaría de no ser por el mayor logro del film y lo que se ha convertido en un clásico en la Historia del cine, Gollum. Sam y frodo se dirigen al Monte del Destino para deshacerse del anillo y así acabar con Sauron, por su camino se tropiezan con Gollum que ansía volver a poseer el anillo. Entre los tres se formará una especie de Alianza que Sam no verá con muy buenos ojos. Frodo ve en Gollum lo que él podría llegar a ser si un día el anillo lo poseyera, por tanto le tiene lástima y cree tener que compartir su camino con él. Por el camino se encontrarán con múltiples peligros para darle emoción a la cosa y no aburrir al espectador, aunque ya digo que si no fuera por Gollum poco nos importaría lo que les pasa a Frodo y Sam.
Por otro lado tenemos a Merry y Pippin capturados por los orcos. Tras una emboscada en que el ejército de los hombres vence a los orcos, los hobbits huirán adentrándose en el bosque de Fangorn y conocerán a Carbol, un Ent. Si la parte de Frodo con Sam es tediosa, esta parte no tiene nombre. Se tiran todo el rato encima del hombre-árbol hablando de cosas supuestamente importantes de forma leeeennttaaaaa.
Por último tenemos lo que da vida a la película y realmente importa que son los hechos que acontecen a Arargorn, Gimli y Legolás. Esta trama acontece en el mundo de los hombres, el cual se está viniendo abajo. En Rohan el Rey Theoden ha sido dominado por Saruman, por lo cual su pueblo vive en la miseria. Pero no todo está perdido ya que un viejo amigo vuelve del más allá, Gandalf, conocido ahora como el Blanco (vamos que ha subido de nivel). En este tramo descubrimos que Aragorn es el legitimo líder de los hombres y el que debe guiarlos a la batalla, a pesar de que él no quiera aceptarlo. También seremos testigos de la batalla en el Abismo de Helm, batalla que en el libro dura diez paginas y en la película 40 minutos destinados para espectadores con ansías de Playstation en vivo.Si en “La Comunidad del Anillo” Jackson se permitía ciertas licencias, en esta se inventa media película. Empezando por alargar los hechos extremadamente (el abismo de Helm, los Ents), pasando por convertir a Legolas en un muñeco de goma que sabe subirse a los caballos de la forma más incoherente del mundo, hasta cambiar personalidades como Faramir, quien en el libro es noble, en la película es tan codicioso como su difunto hermano Boromir. Por no hablar de la forma de acabar el film, sin emoción, con un plano general parecido al anterior, de manera que el espectador no piense en la tercera parte por lo tediosa que ha sido esta. Y es que pensemos, el libro acaba dejando ambas historias (la de Frodo y la de Aragorn) en suspenso, de forma que cuando acabas de leerlo ya tienes “El Retorno del Rey” en la mano para continuar y saber que pasa. La película no, acaba y ya está, hasta la siguiente, no hay emoción, no consigue transmitir esa sensación de “No me dejes así. ¡Cuéntame más!”. También puede ser que tras una aventura tan fascinante como “La Comunidad del Anillo” en que la fantasía invadía la pantalla, “Las Dos Torres” es más una película de vikingos, de guerreros, no en vano lo más interesante transcurre en el mundo de los hombres. Tal vez Jackson, contando con eso, se sacó ese As de la manga como es el crear otra Alianza entre elfos y hombres en el Abismo de Helm, por lo que la que dijo Tolkien que era la última ahora dice el señor Jackson que no, que fue la última de otra Era, que después hubo otra. Toma ya. No olvidemos tampoco el flashback que reúne de nuevo a Aragorn y Arwen, cuando esta no sale en ningún momento del libro segundo. En fin, es que el contrato de Liv Tyler le exigía participar en las tres y había que conseguir que saliera.
Pero no todo va a ser malo, por supuesto. La película posee cosas muy buenas, empezando de nuevo por el trabajo interpretativo, empezando con Gollum, al que dio vida real Andy Serkis para después, por obra y gracia de la informatica, dotarle del aspecto que tiene en pantalla. Entre las incorporaciones del reparto destacar la de Bernard Hill como el Rey Theoden, Miranda Otto como Eowyn y Brad Douriff (“El Muñeco Diabólico”) como Lengua de Serpiente.
Jackson sabe brindar de nuevo secuencias majestuosas dentro de un conjunto tan soso, como pueden ser las apariciones de Gandalf, la batalla en Osgiliath o cuando Aragorn decide liderar a los hombres luchando con Theoden. Poco más.
De nuevo la dirección artística y los Fx brillaban en todo su esplendor. Pero lo más memorable fue la gran partitura que creó Howard Shore para esta película, superior a la creada para la anterior.

La película entró de nuevo en el cupo de los Oscars, por supuesto previamente recibió grandes halagos de la crítica (que sigo sin creérmelo), consiguiendo 6 nominaciones, entre ellas Mejor Película, anteponiéndose a joyas como “Camino a la Perdición” o “Atrapame si Puedes”. Si los Oscars de 2001 fueron de risa estos son de carcajada. Al final acabó llevando los de Efectos Visuales y los de Mejor Edición de Sonido de nuevo (deberían haber sido sus únicas nominaciones).

La peor película de la Trilogía, muy inferior a “La Comunidad del Anillo” por mucho que quieran decir. Tan solo resalta Gollum y la portentosa Banda Sonora.

5,5/10

El Retorno del Rey (2003):

Cada vez más cerca del monte del Destino, Sam y Frodo caminan sin descanso acompañados por Gollum, quien les tiene preparada una trampa. Mientras tanto Aragorn siente su deber de tomar su lugar en el trono como Rey de los hombres. La última batalla por la Tierra Media está lista y los días de los hombres se decidirán en ella.

Con todo a favor, el equipo de Jackson se esforzó al máximo para concluir de forma majestuosa la Trilogía. Con un marketing que comenzó en Febrero, mucho antes que las anteriores, el director jugó sobre seguro. Ciertamente las imágenes que se mostraban eran muy prometedoras, concluyendo con el impresionante trailer. Claro que ya no se sabía que esperar tras ver como se había desenvuelto Jackson en la anterior. Una semana antes del estreno los pases de prensa y las críticas no solo eran favorables sino que la ponían como una nueva Obra Maestra de nuestro tiempo, un espectáculo inolvidable.
Para concluir este viaje inolvidable nada mejor que terminarlo por todo lo grande, con una maratón que recogía las tres películas, o sea “La Comunidad del Anillo”, “Las Dos Torres”, en extendidas en la cual las segunda ganaba mucho más, concluyendo con la visualización de “El Retorno del Rey”. Un verdadero maratón friki al que asistimos cientos de jóvenes expectantes de ver las tres películas como una sola, tal y como se habían pensado, completando una maravillosa aventura.

La película comienza de nuevo con un flashback, como las dos anteriores. Sin embargo este flashback era de lo más esperado por muchos, pues narraba el origen de Gollum, el cual no era sino un joven Hobbit llamado Smeagol que cometió un terrible acto por conseguir hacerse con el anillo y quedar sepultado en las tinieblas convirtiéndose en la criatura que es. Ese prologo no posee Efectos Especiales ni es tremendamente espectacular, pero consigue ser el mejor prologo de la Saga simplemente porque lo que vemos nos parece real y doloroso, y está tan bien rodado que es imposible no sentir lo que transmite la pantalla (atención a esa alusión de sonido para concentrarse en la respiración de Deagol mientras es estrangulado). A partir de ahí, la voz de Gollum entra en escena narrándonos como fue convirtiéndose de un hobbit a la criatura abominable que es. Nada más que por ese prologo ya había merecido la pena ver la película. Sin embargo, y por suerte, la película aún deparaba un verdadero espectáculo.
En Rohan, tras la caída de Saruman se estudia la situación en la guerra contra Sauron y su ejercito. El principal lugar donde atacará será en Minas Tirith, valuarte de la humanidad. Sin embargo Theoden se niega a ir hasta que el Rey Denethor (padre de Boromir y Faramir) les pida ayuda encendiendo las antorchas. Algo inesperado ocurrira en Rophan que hará que Gandalf se dirija a Minas Tirith, Pippin ha mirado a través del palantir de Saruman y ha visto a Sauron, dicha visión ha puesto en peligro los planes de los hombres. Gandalf decide partir con Pippin dejando a Aragorn al frente de los hombres, su hora de coronarse Rey esta próxima y ha de estar preparado. La llegada de Gandalf a Minas Tirith es de lo más memorable, como vemos al mago galopando en lomos de su caballo, subir por una colina y aparecer ante nuestros ojos la ciudad blanca, un regalo para la vista. La entrada en la ciudad al compás de la música sumerge al espectador en ese mundo de fantasía y aventura que ya vimos en la primera película.
A partir de ese momento encontramos momento llenos de poesía y dramatismo junto con otros de verdadero espectáculo. La cabalgada de Faramir con sus hombres contra las hordas en Osgiliath con esa tenue canción de Pippin mientras Denethor come uvas pone la carne de gallina, el poco amor que siente un padre por su hijo, lo poco que le importa haberle enviado a una muerte segura. La forja de la espada que se quebró y vuelve a manos de su heredero legitimo. La travesía de Aragorn junto a Gimili y Legolas a través del valle de los muertos, inquietante.

Mención aparte merecen varios partados. El primero la batalla en los campos de Pelennor y todo el asedio de Minas Tirith, en donde Gandalf liderará a los hombres y demostrará su valía y poder. Gracias a la Versión Extendida vemos su enfrentamiento con el Rey Brujo, momento muy esperado que en cines se omitió y que en extendida queda de forma muy breve. El asedio es un verdadero espectáculo visual sin parangón, no como el del Abismo de Helm. Aquí los Orcos, con un líder parecido a cierto personaje de “Los Goonies” muestran toda su mala leche en la batalla. En los campos de Pelennor vemos a los olifantes combatir, la valentía del Rey Theoden, de Eomer, y de la joven Eowyn, y de cómo Aragorn llega con todo su nuevo ejercito del más allá para eliminar de una barrida a todo orco.
En segundo lugar el viaje de Frodo y Sam, cuya relación se ha distanciado. Frodo se está convirtiendo en lo que fue Gollum un día y Sam quiere ayudarlo a llevar tan pesada carga. Enfrentados hábilmente por Gollum, los dos hobbits se pelean acabando Frodo en solitario, cayendo en una trampa, la morada de Ella Laraña. Y así es cómo debería haber acabado la segunda película, como el libro, en Ella Laraña. Con un pulso maestro Jackson crea una escena de atmósfera inquietante y terrorifica en donde el monstruo persigue a Frodo sin parangón. Sin embargo el mejor momento es cómo el director capta en un magnifico contrapicado la situación de Laraña sobre Frodo sin que este se de cuenta. El hobbit se vuelve no ve a nadie, y de repente, en un movimiento rápido, Ella le ha clavado el aguijón. Comienza a envolver a su presa en una tela, cuando entra en escena un objeto conocido, Dardo, la espada de Frodo, esta vez en manos del verdadero héroe de la película, Sam. El hobbit se enfrenta contra el monstruo y lo derrota, pero su joven amo está en trance y es apresado por orcos que lo llevan a una torre en Mordor. Así concluye una de las mejores secuencias del film.

Mucho se ha comentado sobre el final de esta entrega. Si es muy largo, si debería haber sido uno solo… a mi me parece que no sobra ni falta nada. Pero ¿Dónde comienza el final? Porque muchos dicen que es tras la eliminación del anillo. Yo pienso que es justo en el momento antes, cuando Sam y Frodo suben el Monte del Destino y Sam agarra a Frodo llevándolo hasta arriba en lo que posiblemente sea lo más emocionante de toda la Saga, el compañerismo y valor de Sam (toda la sala aplaudió de golpe). A partir de ahí se crea el climax final, mientras se combate a las puertas de la puerta negra se desarrolla potra lucha mucho más dolorosa arriba, Frodo sucumbe al anillo y se enfrenta en una lucha feroz a Gollum, quien se hace con el objeto dorado y cae en la lava. Muere, si, pero consigue lo que siempre ha querido, su tesoro, y momentos antes de morir ha sido feliz. Tras ello transcurre lo que se puede considerar el Epilogo. Aragorn es coronado Rey, los hobbits vuelven a La Comarca (en donde todo sigue tan normal y no como en el libro que está bajo dominio de Saruman), Sam se casa, y Frodo concluye una historia comenzada por Bilbo años atrás. La partida en los Puertos Grises es un fiel reflejo de una ilustración y una manera magistral para acabar el film, pero no es esa la manera que elige Jackson para concluirlo, sino con Sam llegando a casa y cerrando la puerta. ¿Por qué? Siempre he pensado que debe haber alguna razón y mi única conclusión es que si la historia comienza con la puerta de un hobbit abriéndose (la de Bilbo en “La Comunidad del Anillo” al llegar Gandalf) la mejor manera de concluirla es cerrando una puerta igual, de forma que de ese modo queda cerrada la historia.

De nuevo Jackson recobraba la energía y vitalidad que desprendía en la primera entrega, consiguiendo que los 200 minutos de duración no hicieran mella en el espectador. Al contrario, “El Retorno del Rey” fue un espectáculo, una conclusión perfecta para la adaptación de la Obra de Tolkien, aunque de nuevo se tomará ciertas licencias creativas. En esta ocasión todos los apartados técnicos estuvieron a la altura de la historia. La Banda Sonora de Howard Shore de nuevo vendió miles de copias y concluyo de manera magistral su trabajo con Annie Lennox cantando el tema principal, “Into the West”.

Además de arrasar en taquilla, “El Retorno del Rey” arrasaría en Los Oscars consiguiendo los 11 premios a los que optaba. Personalmente creo que ganó en el año que más competencia tenía, pues se enfrentaba contra “Mystic River” y “Lost in Translation”, y me hubiera gustado que se hubieran repartido mucho más los premios y no se hubiera llevado los 11 Oscars que se llevó, que no son más que para compensar a todas las películas. Pero solo es una apreciación personal, en todo caso “El Retorno del Rey” es una película de aventuras muy bien realizada, emocionante y sublime, a la altura de “La Comunidad del Anillo”.

8/10

En conclusión “el Señor de los Anillos” es una de las Sagas más ilustres de la Historia del cine (ya no solo de la literatura). Jackson consiguió llevar a cabo su sueño de juventud (mejor dicho el segundo, porque dos años después nos dijo cual era el de verdad en forma de Gorila) de forma notable y encomiable. A pesar de conseguir los premios correspondientes a Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión para Peter Jackson su mayor premio fue realizar la Trilogía de “El Señor de los Anillos”. Una gran Saga Épica con sensacionales escenarios y una gran historia.

martes, febrero 20, 2007

Oscars: Raging Bull (1980)

Poco, o nada, se puede decir que no se haya dicho de esta fabulosa película que dirigiera Martin Scorsese en 1980. Proyecto personal para su protagonista, Robert De Niro, quien le insistió a su amigo Marty en realizarla, pero que el director negó en varias ocasiones hasta que sufrió una fuerte crisis (se especula que pudiera ser una sobredosis) y tuvo que ser hospitalizado. En dicha hospitalización Scorsese decidió que la biografía del boxeador sería su próximo proyecto, pues ya había conseguido entender mejor al personaje.
Para la producción del film se pusieron en contacto con United Artists y con Irwin Winkler, quien ya había producido el éxito pugilístico “Rocky”, así pues le vendieron la historia como “otra de boxeo”. Los directivos del estudio no metieron mucho las narices salvo en algún punto del guión, el cual consideraban demasiado violento y malhablado, pues estaban más preocupados con la millonada que le habían soltado a Cimino para realizar “La Puerta del Cielo”.
Scorsese asistió a varios combates de boxeo para entender el deporte (a Marty no le gustan los deportes) y tuvo como asesor al mismísimo LaMotta. Por su parte De Niro decidió profundizar hasta las entrañas del personaje como buen actor de método y detener la producción en el último tercio durante tres meses para engordar 20 kilos que requería la etapa final de LaMotta.

El resultado final fue historia. A pesar de no ser muy bien recibida en su estreno, “Toro Salvaje” es una experiencia visual poderosa e inolvidable. Desde sus maravillosos títulos de crédito a ritmo de “Cavallería rusticana” en donde vemos a cámara lenta como un boxeador (Jake LaMotta) baila por un ring vacío, dando golpes al aire, preparándose para un combate, iluminado por destellos de flashes que aparecen al fondo hasta concluir y dar paso a un Jake LaMotta decadente que ensaya monólogos de Shakespeare para actuar frente a un público de bar nocturno, concluyendo dicha presentación del personaje con una frase final memorable: Esto es espectáculo. Desde ahí, 1965, el film es un gran flashback que comienza en 1942, cuando un joven Jake LaMotta en estado de gracia combate por hacerse un hueco en el mundo del boxeo.
Este comienzo ya nos resume en gran parte la historia que vamos a contemplar, y la frase “Esto es espectáculo” forma parte del significado. Por un lado vemos a un gordo y descuidado LaMotta prepararse para una función nocturna frente a un público alcohólico en donde espera dar un espectáculo, por otro lado vemos al joven LaMotta disputar un combate en donde nos ofrece un verdadero espectáculo. Ha pasado de ser un joven con talento en el cuadrilátero a un viejo que cuenta chistes en garitos nocturnos.
¿Cómo ha llegado a convertirse en eso?
A medida que avanza la historia seremos testigos de la relación de Jake con su hermano Joey, quien es su manager y le presentará a quien será su esposa y gran amor (junto con el boxeo), Vickie. También veremos la mafia que controla el barrio del Bronx y cómo Jake no quiere saber nada de ellos.

“Toro Salvaje” es un discurso sobre la hombría, la masculinidad. LaMotta es un hombre católico, a quien no le gusta que le digan qué ha de hacer (aunque consienta perder un combate para complacer a jefes de la mafia y estar más cerca del título), que le gusta la buena comida, y que no aguanta que miren a su mujer ni que ella mire a otro hombre. En la relación con su esposa Vickie se acusaría a LaMotta de maltrato y machismo, pero Vickie lo ama tanto como él a pesar de las palizas, volviendo siempre a su lado. Scorsese muestra muy bien dicha relación en dos secuencias soberbias. La primera cuando un LaMotta previo a un combate le pide a su amada que le excite a pesar de no tener que practicar el sexo cómo bien manda el reglamento del buen deportista, y en donde le dice la mítica frase, una de mis favoritas de la Historia del cine, “Bésame las heridas”, a lo que ella accede. Dicha secuencia está construida de manera magistral comenzando con un plano en donde vemos los pies de Jake y a ella saliendo del baño para acercarse a él y besarle, concluyendo con él metiéndose en el baño y cerrando la puerta que ha quedado abierta cuando ella ha salido y ahora con los pies de ella dentro de cuadro. Simplemente soberbio. La segunda secuencia es la escena entre ambos cuando Jake la acusa de acostarse con su hermano Joey y entra en el cuarto de baño rompiendo la puerta y le repite la pregunta, que ella responde afirmando debido a la insistencia de su marido. Dicha afirmación llevará a Jake a ir a casa de su hermano y pegarle una fuerte paliza que será la causante de que ambos hermanos pierdan el contacto, pero a su llegada a casa y descubrir que Vickie está haciendo la maleta Jake le suplicará que no se marche y que se quede, a lo que ella accede sin oponer resistencia.

La violencia que demuestra Jake en su vida privada no es inferior a la fuerza bruta que muestra en el ring frente a un oponente. Los combates de boxeo son verdaderas joyas cinematográficas, rodados de diferentes maneras, ninguno posee un plano ni textura igual. Destacar el momento previo a la hora de luchar por el título de campeón en que un largo travelling nos guía junto a Lamotta desde el vestuario, pasando entre el público, hasta el ring, un travelling que años después Scorsese retomaría y perfeccionaría en “Goodfellas”. De todos los combates el más memorable y que ha pasado a la historia es el combate final frente a Sugar Ray Robinson, su oponente directo pues lucha con él cinco veces desde el 42. El combate se desarrolla entre niebla, como si estuviéramos en un sitio muy calido, en el mismísimo infierno. Cada golpe retumba como si fuera una bomba, los dos luchan como verdaderos animales, hasta que Jake se quede entre las cuerdas a la espera de la brutal paliza que le propagará Robinson. La sensacional fotografía en Blanco y Negro de Michael Chapman brilla en esta secuencia, consiguiendo que la sangre blanquinegra nos parezca tan roja como en la vida real. El vibrante y monstruoso montaje de Thelma Schoonmaker nos transmite la sensación de angustia, dolor y perdida que está experimentando el personaje. Todo ello bien encauzado por la mano maestra de un Scorsese en plena forma creativa.

El tramo final del film nos muestra el declive de LaMotta en que se convierte en propietario de nightclub, su mujer se marcha con sus hijo dejándolo solo, y es detenido por permitir la entrada de menores en su local, enjaulándolo en una celda en donde seremos testigos a uno de los momentos más duros del protagonista, cuando entre oscuridad golpee a la pared con sus puños desnudos y su cabeza gritando “¿Por qué?” ¿Por qué ha acabado solo? ¿Por qué no consiguió volver a hablar con su hermano? ¿Por qué todo lo que había conseguido parece haber quedado olvidado? ¿Por qué Dios le castiga de es forma? Al final, entre lágrimas, el excampeón concluirá “No soy un animal”, aunque ni él mismo consiga creerlo.
Al final veremos como Jake, en el mismo estado que lo vimos al comienzo de la película, se encuentra frente al espejo recitando un monologo de “La Ley del Silencio”, en el cual Brando recordaba a su hermano que por culpa suya dejó de boxear. Al concluir Jake se levanta y, como si fuera a disputar un combate, comienza a moverse como antaño pero sin la misma velocidad ni el mismo estilo. Simplemente porque ya no es el hombre que era.

Scorsese decidió rodar el film en Blanco y Negro tras ver varias pruebas en color y no quedar demasiado satisfecho, lo que sí queda en color son las grabaciones caseras que nos muestran la vida familiar de los LaMotta, otorgando al film el aire documental necesario para conseguir que la historia nos llegue mucho más.
De Niro consiguió una interpretación grandiosa, de las mejores de su carreras (y mira que tiene), dejando a todo el mundo boquiabierto al verle con 20 kilos de más. Además de por su arriesgado trabajo físico (que le dejó una lesión) De Niro se desenvuelve de manera realmente sutil y contenida para un papel con tanta energía física, ejemplo de ello es cuando somete a un interrogatorio a su hermano sobre su mujer. Entre los secundarios no encontramos con el que sería su compañero criminal en posteriores trabajos de Scorsese (además de buen amigo en la vida real) Joe Pesci como su hermano Joey, en donde ya mostraba sus malos humos que le harían famoso en “Goodfellas” y “Casino”, si no vean la secuencia en el club en donde le endiña una paliza a uno que tiene tratos con la mujer de su hermano, precisamente interpretado por otro de la “Familia”, Frank Vincent. Para el papel de Vickie se eligió a la actriz Cathy Moriarty, novata en el mundo del cine, que consiguió una sensacional interpretación como la mujer de LaMotta. Entre todos los actores existe cierta complicidad, de hecho varias secuencias salieron de la improvisación entre ellos y no es extraño que años después hayan vuelto a trabajar juntos.

El film fue candidato a varios Premios de la Academia, entre ellos Película, Director, Actor Secundario, Actriz Secundaria, Sonido y Fotografía, consiguiendo el de Mejor Actor para Robert De Niro y el de Montaje para Schoonmaker. De nuevo Scorsese se quedó a las puertas del Oscar que merecía (y que parece ser le darán este año). Me hace gracia pensar que la película frente a la que perdió es “Gente Corriente” de Robert Redford, un film del que poca gente se acuerda, mientras que casi todo el mundo sabe, aunque no la haya visto, cual es “Toro Salvaje”. Y es que no es extraño, ni excesivo, el que la película de Scorsese sea considerada por mucha gente como “el Mejor Film Americano de los 80”, una década que iría en declive pero que comenzó con muy buen pie.

“Toro Salvaje” es un biopic, si, pero no un biopic convencional. Es un drama, una tragedia griega, una película de amor y celos, un film de boxeo, la historia de un hombre que tuvo todo y acabó sin tenerse más que a sí mismo. Una Obra de Arte. Un film Atemporal.

10/10

5 Confesiones

Bueno, mi buen amigo Javi me ha pasado un meme para confesar 5 datos cinéfilos, a ver qué os parece:

-Desde niño me ha gustado el cine. Recuerdo que el visionado en pantalla grande de “Batman” me marcó, al igual que años posteriores el de “Jurassic Park”. Una película a la que tengo especial cariño, y que también vi en cine el día de estreno, es “Terminador 2”, una autentica pasada. Otros films que hicieron que me gustara el cine fueron “Casino”, “Heat”, “Braveheart” y las películas de Chaplin, los hermanos Marx y Harold Lloyd.

-Años después descubrí películas que me marcarían de por vida como “El Padrino”, “Érase una vez en América”, “El Crepúsculo de los Dioses”, “El Gabinete del Dr. Caligari”, “Mulholland Drive” y a darme cuenta de que hay mucho más por descubrir. A pesar de ello no niego mi amor por films como “Star Wars” o “El Señor de los Anillos”, ni que me gusta ir al cine a ver las películas de Michael Bay (siempre encuentra uno algo para reírse).

-Al cine me gusta ir solo, a primera sesión, aunque últimamente voy casi siempre acompañado. Lo bueno de ir acompañado es poder comentar la película después, aunque desgraciadamente la mayoría de la gente con quien voy no pasa de “está bien”, “es muy bonita” o “no me ha gustado”, para comentar una peli en condiciones tengo que ir con mi padre (culpable de que me guste el Séptimo Arte) o con algún coleguilla Cinéfilo (gratos recuerdos me trae “Poseidon”, cuando la disfruté con mi amigo Javi y la poníamos a caldo mientras la veíamos). Me gusta asistir a estrenos muy esperados (siempre que me atraigan) y llevar algo friki para la ocasión (camiseta de Superman para el estreno de “Returns”).

-Mi género cinematográfico favorito es el cine negro, el que menos me gusta es el de Terror, aunque he visto clásicos como “Al final de la escalera”, “Psicosis”, “Tiburón”, “Alien”, “La Profecía” o “El Exorcista”, película que no volveré a ver debido al trauma que me provocó.

-Además me gusta comprar todo tipo de artículos relacionados con películas. Deniño me regalaban los muñecos de films como “Hook”, “Star Wars”, “Terminador”. Ahora, algo más crecidito sigo haciéndome con algunas figuras (mucho más caras y de mejor calidad) de películas, y con piezas de colección como puede ser la replica del sable láser de Darth Vader. Sin embargo, lo que más colecciono son posters, desgraciadamente tengo la gran mayoría (por no decir todos) guardados, lo que es una pena. Espero que en la próxima feria del comic de Granada, dentro de unas semanas, pueda conseguir mí ansiado poster de “El Padrino”, y algún otro por ahí que vea chulo. Me gusta hacerme con las Bandas Sonoras de las películas que veo, aunque sean algo decepcionantes (la Banda Sonora, la Película, o ambas). Ni que decir tiene que también compro DVDS, mi última adquisición ha sido la EE de Toro Salvaje (auna autentica maravilla). No me gusta prestarlos, y mucho menos las Ediciones Especiales. Lo siento, soy así.

No sé si compartiré algo con alguien, pero ya sabéis un poco más sobre mí.

Saludos.

lunes, febrero 19, 2007

En busca de la Felicidad, de Gabriele Muccino

Chris Gardner trabaja como vendedor de un aparato innovador destinado para realizar radiografías. Desgraciadamente su vida dista de ser feliz, pues apenas consigue vender los aparatos que tiene en casa lo que conlleva cumplir con los pagos mensuales de la casa y que su hijo tenga que ir a una guardería en donde no les enseñen más que a ver la tele. Cuando su mujer los abandone Gardner tendrá que luchar para conseguir un trabajo honrado y digno en una empresa de finanzas, para lo cual realizará unas prácticas previas por las que no cobrará. Junto a su hijo vivirá la peor época de su vida, en que se verán viviendo como unos sin techo, durmiendo en estaciones de tren, cuartos de baño, moteles y hogares de acogida. Sin embargo los golpes de la vida no conseguirán tumbar a Chris e impedirle conseguir su ansiado trabajo dándole a su hijo una vida mejor.

Sorprendente éxito ha conseguido esta historia de superación personal que nos narra los problemas que vivió el protagonista hasta conseguir su puesto en una importante empresa de bolsa. Con un cierto aroma a telefilm, y con la frase previa de “Basada en hechos reales”, la película consigue alejarse de dicho producto televisivo gracias al carisma de su protagonista, Will Smith. El actor consigue una convincente creación como Chris Gardner que le ha valido su segunda nominación al Oscar como Actor. No es para menos, pues sobre él recae todo el peso del film que consigue levantar en todo momento.
Sobre la historia, pues resulta previsible, sobre todo cuando uno ya va con antecedentes y sabe que el personaje en que se inspira la película acabó convirtiéndose en multimillonario. Aún así resulta algo incomodo ver todos las cosas por las que pasaron Chris y su hijo, hasta el punto de que la película se convierta en un sin fin de desgracias acumuladas (la secuencia en que están en la estación de metro y se meten a dormir en un servicio es simplemente desalentadora). Por suerte la película trata de transmitir ese aire a historia con final feliz y buenas esperanzas, en que por muy mal que estés si trabajas duro y te esfuerzas puedes llegar lejos. Como no, se hace mención a cosas muy americanas (como la Declaración de Independencia), que propaguen a USA como la tierra de las oportunidades, en donde un hombre sin trabajo, que vive en la calle puede llegar a ser alguien importante en la vida. Algo así como un historia con aires de Frank Capra, pero sin el toque del maestro.

Gabriele Muccino realiza su primer trabajo en Hollywood poniéndose al servicio de una estrella como Smith. Sin ser nada del otro mundo, el director consigue transmitir la sensación de desesperación que vive el protagonista junto a su hijo, pero repito sin Smith esta película no valdría más que para emitirla en Antena3 a medio día. Además de protagonizarla, Smith la produce, así que no es extraño que a su hijo en la ficción le de vida su hijo en la vida real, Jaden, consiguiendo ambos notables momentos emotivos en donde se ve su complicidad. Completan el reparto Thandie Newton como la esposa de Gardner y Brian Howe como un socio de la empresa de finanzas que echa una mano a Chris.

Película con buenas intenciones que tiene en Hill Smith su principal reclamo, además de su hijo Jaden. Si no fuera por ellos la película no dejaría de ser un telefilm más.

5/10

martes, febrero 13, 2007

Oscars: The Sting (1973)

Johhny Hooker es un ratero de poca monta que trabaja junto a su socio Luther Coleman. En uno de sus pillajes consiguen robarle a un banquero importante con malas pulgas, Doyle Lonnegan, quien manda darles una lección. Escapando Hooker, buscará ayuda en Henry Gondorff, un viejo estafador ya retirado, para que le den un golpe a Lonnegan y puedan vengar la muerte de Coleman.

Estupenda película sobre estafadores, cuyo esquema y giro final han sido emulados, pero nunca superados.
Tras “Dos hombres y un destino”, el director George Roy Hill y los actores Paul Newman y Robert Redford decidieron volver a colaborar en esta película sobre un grupo de timadores que van a dar el golpe de su vida engañando al banquero.

En plena época de la Ley Seca, la trama se desarrolla en un ambiente de juego ilegal, en donde los protagonistas ven en el timo su única forma de vivir. Era una época en que estaba prohibido el alcohol y donde el juego era ilegal. El film refleja muy bien ese ambiente de bajos fondos gracias al vestuario y a la excelente dirección artísitica.
Johhny Hooker es un joven que cree ser el mejor timador de Illinois y que consigue dar esquinazo a la policía en todo momento, sin embargo la muerte de su socio y amigo Coleman le hará tener ansias de venganza, para la cual necesita la ayuda de un viejo amigo de Luther, el experto estafador Henry Gondorff, que vive en un pequeño recinto con columpios. Con su ayuda realizarán un tinglado de apuestas sobre carreras de caballos con el cual engatusar al banquero y meterselo en el bolsillo.
Gondorff intentará enseñar a Hooker que el arte de la estafa es más que saber quitarle una cartera a cualquier primo, hay que tener arte, tesón, estilo, que no vean por donde va a ir el golpe. El joven tan solo pensará en darle a Lonnegan lo que se merece lo antes posible, es impaciente, y eso le puede costar caro.
Además de preparar el timo deberán tener cuidado con la policía que les sigue la pista. Mientras el agente Zinder persigue a Hooker, el FBI sigue la pista a Gondorff, con lo cual la trama se complica hasta el límite de no saber quien juega con quién.
El golpe que le van a dar a Lonnegan no es diferente al golpe que se va a llevar el espectador, pues cuando parece que va a suceder una cosa sucede otra, consiguiendo que el tramo final sea una sucesión de giros imprevistos magníficos.

Roy Hill realiza un película enmarcada en plenos años 30 con una ambientación muy cuidada y un excelente guión de David S. Ward.. El director consigue momentos que han pasado a la historia del cine, como puede ser la partida de cartas en el tren, en donde un ebrio Paul Newman demuestra sus dotes para el juego.
En lugar de decantarse por un drama sobre timadores, la película es un soplo de aire fresco, una de esas historias que uno no se cansa de ver una y otra vez, en donde los personajes parecen optimistas en una época en que casi nadie lo era, llevando la historia al terreno de la comedia. Ayudado por una Banda Sonora que adaptaba el tema de Scott Joplin y que se ha convertido en una de las más tarareadas de la historia. Otro punto a tener en cuenta es cómo se desarrolla la trama, por capítulos, como si de un libro se tratara vemos carteles que nos informan el episodio que vamos a contemplar.
Robert Redford dio vida al joven Johhny Hooker mientras Newman dotaba de experiencia a Gondorff. Robert Shaw es Doyle Lonnegan, al cual doto de una cojera que tenía en realidad. Completan el reparto James Earl Jones en el breve papel de Coleman, Harold Gould como Twist y Ray Walston como J.J.

Nominada para 10 Oscars, consiguió alzarse con 7 la ceremonia de 1973, entre ellos Película, Director, Guión Original, Dirección Artística, Vestuario, Adaptación Musical y Montaje. Sus 3 nominaciones no premiadas fueron Mejor Actor para Redford (cuando en mi opinión está mejor Newman), Fotografía y Sonido. Aquel año tambien estuvieron nominadas películas como “American Graffiti” (la gran perdedora) o “El Exorcista” (que ganó 2 premios correspondientes a Mejor Sonido y Guión Adaptado).
“The Sting” es una película por la que no pasa el tiempo, que siempre es un placer ver, y que irradia optimismo y aroma de buen cine.
8,5/10

domingo, febrero 11, 2007

Diamante de Sangre, de Edward Zwick

Sierra Leona, 1999. Solomon Vandy es apresado y separado de su familia por los rebeldes de la zona que preparan una revolución. Trabajando como buscador de diamantes, el africano encontrará un gran diamante rosa que guardará. Pronto será liberado por Danny Archer, un contrabandista de diamantes que le ayudará a encontrar a su familia a cambio del pedrusco.

Grata sorpresa me he llevado con esta película, pues me esperaba un previsible producto hollywoodiense de consumo rápido políticamente correcto y no un estimable film de acción y aventura con trasfondo social crítico sobre el contrabando de diamantes en África y la militarización de niños en aquel país.
La vida de Solomon Vandy cambia una vez lleguen a su poblado los rebeldes que buscan una revolución. La mayor preocupación de Vandy no es otra que su familia, su mujer y sus tres hijos, con el mayor, Dia, a la cabeza. Una vez salga de la cárcel se pondrá a buscarlos por las listas de desaparecidos y no los encontrará. Sin embargo Vandy no es el único que ha perdido a su familia, cientos de personas hacen cola esperando una respuesta que les aclare el paradero de sus familiares. Posteriormente contemplaremos los campos en donde son destinadas las personas desparecidas, un lugar rodeado de verjas en donde no tienen apenas protección.
Danny Archer es un buscavidas que se dedica al contrabando de diamantes. Antiguo miembro del ejercito del General Cotzee, llegó a África cuando era un niño, perdiendo a sus padres brutalmente. Su única escapatoria del país es encontrar el diamante que ha escondido Vandy y venderlo a una importante firma de diamantes.
Dependiendo el uno del otro (Solomon le consigue el diamante y Archer busca a su familia) realizarán una odisea a través de las montañas del continente, a pesar de no llevarse del todo bien, pues su relación es de conveniencia.

El film nos muestra cómo se consiguen esas piedras preciosas de manera ilegal y cómo introducirlas en el mercado de forma legal. Sin embargo nada de eso es fácil y vemos como una vida en África no vale nada con tal de conseguir dichas reliquias de los ríos y las montañas.
Sin embargo la que, para mi, es la verdadera crítica del film es mostrarnos la transformación de niños en soldados. El hijo de Solomon es un niño al que le gusta estudiar, ayudar en casa, pero una vez capturado todos sus recuerdos quedaran ocultos tras el lavado de cerebro que le hacen en la guerrilla. Vemos como les tapan los ojos a los niños y les obligan a disparar contra personas, y cómo transforman a jóvenes en capitanes y lideres de los rebeldes. Una muestra más de la explotación infantil que existe en el mundo.
Todos esos hechos no llegan a nosotros porque a las grandes compañías de negocios no les interesa. Los Diamantes son conseguidos gracias a los rebeldes, su guerra es pagada por la gente que se los compra. Por supuesto siempre hay personas que se atreven a mostrar al mundo la verdad, como Maddy Bowen, una periodista destinada allí para desenmascarar el negocio que se esconde tras los Diamantes de Sangre, pues para conseguirlos se derrama la sangre inocente de personas inocentes.

El director Edward Zwick siempre se ha caracterizado por narrar historias dramáticas con un envoltorio correcto emocionante de acción (“Tiempos de Gloria”, “El Último Samurai”). En esta ocasión el director consigue realizar un film mucho más profundo con buenas secuencias de acción (el ataque al poblado, el tiroteo en Freetown). Como buen artesano eficiente Zwick construye una historia que no decae a pesar de su larga duración y que consigue emocionarnos gracias a las escenas entre Solomon y su hijo. Ayudado por los maravillosos escenarios africanos con sus amaneceres, y por la pegadiza Banda Sonora de James Newton Howard, Zwick realiza una película más conseguida que su previa aventura oriental con Tom Cruise, sin contenerse en las secuencias de violencia que se desarrollan.
El dúo DiCaprio-Hounsou está fantástico, no lo voy a negar, aunque la nominación para Leonardo me parece excesiva por este film (está mucho mejor en “The Departed”). Djimon Hounsou está nominado para secundario cuando en realidad es el protagonista, y ciertamente debería estar nominado para dicha categoría pues está inmenso. Eso sí, no sé por qué sus personajes siempre son apresados y piensan en todo momento en su familia (“Amistad”, “Gladiator”). Jennifer Connelly siempre está maravillosa y esta no es una excepción, a pesar de su brevedad en pantalla consigue devorar a todo el que se lo pone por delante. Completa el elenco el que fuera La Momia y enemigo de Jack Bauer, Arnold Vosloo como el General Cotzee.

Muy buen film de acción con trasfondo social desgarrador y unas interpretaciones de altura.
7/10

viernes, febrero 09, 2007

BSO de la semana: The Rock

The Rock de Hans Zimmer: Para su primera colaboración con el director Michael Bay, el compositor Hans Zimmer realizó la que posiblemente sea su Banda Sonora de acción más plagiada de todas. Con temas de acción que deben mucho a los compuestos por el autor en “Crimson Tide”, el alemán realizó esta Composición junto a Harry Gregson-Williams y Nick Glennie-Smith. Consiguieron una Banda sonora adrenalínica, en donde abundan los temas emocionantes. Momento como la persecución a través de San Francisco, el tema de los marines cuando suben a los aviones o todo el tramo final son verdaderas joyas de la música de acción actual que ha sufrido plagios y variaciones en producciones MediaVentures posteriores. También componen temas más trágicos para el personaje del Coronel Hammel o para descriir la relación de Mason con su hija. Aunque peque de ser un tanto machacona y repetitiva es ideal para la narración del film.
Una de las mejores Bandas Sonoras de acción de la década de los 90, y uno de los trabajos más memorables de Zimmer.
4/5

jueves, febrero 08, 2007

Oscars: Lost in Translation (2003)

Bob Harris es un reputado actor estadounidense que viaja a Tokyo para rodar un anuncio publicitario. Charlotte acompaña a su marido a la misma ciudad en donde tiene que realizar un reportaje. Hospedados en el mismo hotel, pronto se establecerá una relación de amistad entre Bob y Charlotte que les ayudará a sobrevivir en la desconocida ciudad.

La segunda película de Sofia Coppola tras la cámara fue una sorpresa y su consolidación como autora cinematográfica. Con un presupuesto ínfimo la directora se trasladó a Tokyo con todo su equipo para rodar la película, en la mayoría de lugares sin permiso por lo cual tuvieron que rodarlo rápido.
La historia que nos cuenta Coppola es una historia Universal, la relación entre un hombre y una mujer en tierra extraña. Aunque la directora no nos lo pone fácil queriendo narrar la típica historia de amor, sino que nos la presenta del modo más natural y humano como es la posibilidad de encontrar a una persona en quien apoyarte cuando estás solo, perdido. Y no me refiero solamente perdido en una ciudad como lo pueden estar los protagonistas, sino perdido en la vida, sin saber qué hacer con ella, como bien dice Charlotte en la sensacional secuencia en que está con Bob tumbada en la cama bocarriba.
Y es que ambos personajes son dos personas que no saben muy bien en qué punto de su vida se encuentran, sintiéndose solas sin nadie que las escuche. Bob ha ido a Tokyo para rodar un anuncio de Whisky en lugar de estar representando una obra de teatro que le haría mucho más feliz, y Charlotte ha ido solamente para acompañar a su marido a hacer un reportaje fotográfico.
Las relaciones con sus respectivas parejas ayuda a comprender también ese estado de soledad que viven ambos. Mientras Bob mantiene conversaciones con su mujer por telefono en donde las conversaciones más importantes son acerca del color de una moqueta, Charlotte comparte su vida con un trabajador compulsivo, cuyas amistades no agradan a la chica (esa actriz mega-chuli hermanastra de Cameron Diaz).
La ciudad de Tokyo es un personaje más. Sus enormes edificios, su inagotable movimiento, su cultura, su gente. Todo lo que representa la ciudad en vuelve a los protagonistas en un manto de soledad (que maravilloso plano en que vemos a Charlotte asomada a la venta con Tokyo a través de ella). No es extraño que cuando se viaja a un lugar extranjero, en donde te sientes solo y no tienes a nadie experimentes una crisis existencial que haga replantearte tu vida.

La vida de ambos cambia al encontrarse en el bar del hotel por la noche, incapaces de dormir debido al insomnio (aunque no es la primera vez que se ven). La situación no puede ser más normal, ella llega, se sienta junto a él y comienzan una conversación. Tan simple como eso, la vida de ambos ha cambiado sin que aún lo sepan. Lo que ha sido una simple velada tomando una copa en un bar se convertirá en una amistad que los ayudará a sobrevivir en una ciudad que no entienden, y que no les entiende. Juntos pasarán una noche de diversión rematada con sesión de karaoke; irán al hospital para que miren el tobillo a Charlotte (mientras contemplamos la divertida escena que está ocurriendo en la sala de espera entre Bob y un pequeño japonés); y compartirán sus vivencias tumbados en la cama, en donde el único gesto carnal entre ellos será el leve roce que le hace Bob a ella en la mano.
Esa amistad que se ha establecido entre ambos pronto se convertirá en algo más grande y significará para cada uno un momento personal importante en sus vidas. A pesar de una diferencia de edad considerable, Bob y Charlotte acaban enamorándose, aún sabiendo que no pueden permitírselo. En el film no se escucha nunca decir “te quiero” ni frases simplonas y previsibles, aquí gritan los silencios, las cosas que no se dicen pero se intuyen por miradas y gestos. La secuencia final, sublime, muestra como Bob le susurra algo a Charlotte al oído que el espectador no puede oír, consiguiendo que cada uno imagine cuáles han sido esas últimas palabras.

A pesar de contarnos algo tan triste como es la soledad, Coppola tiñe las situaciones de humor e ironía. Como cuando Bob está rodando el anuncio y el director japonés lo corta una y otra vez hablando largo y tendido para simplemente decirle que lo haga “más intenso”, o cuando la encargada de hacérselo pasar bien a Harris entra en su habitación para darle “placer” a base de que él le “lompa las medias”.
La directora contó para el film con dos interpretes sensacionales, que supieron dar todo su potencial interpretativo. Bill Murray como Bob Harris, el actor que viaja a Tokyo para hacer publicidad de un Whisky, y Scarlett Johansson (antes de convertirse en la Sex-Simbol de hoy) como la perdida Charlotte. Además participan Giovanni Ribisi como el marido de Charlotte, y Anna Faris (la prota de Scary Movie) como la irritante actriz de cine.
Dicen que Sofia Coppola se basó en sus propias experiencias para crear el personaje de Charlotte. No sería extraño ver representado a Spike Jonze en el personaje de John, el marido de Charlotte, ni comparar a Cameron Diaz con el personaje interpretado por Anna Faris.

Nominada a cuatro Oscars, consiguió llevarse el de Mejor Guión Original para la hija de Coppola, mientras Bill Murray se quedó con cara de palo al escuchar el nombre de Sean Penn como Mejor Actor (merecidísimo por su interpretación en la sensacional “Mystic River”). Se echó en falta la nominación a Johansson como Actriz, aunque ese año también tenía en cartel “La Joven de la Perla” y era difícil elegir entre uno y otro.
Aún así, aquel año 2003 fue el año de “El Retorno del Rey” y tanto el film de Coppola como el de Eastwood quedaron tapados (a pesar de llevarse ambos films premios gordos).
Para mí “Lost in Translation” es una película real, dura, que muestra perfectamente el estado de soledad que vivimos en determinados momentos de nuestra vida, esos momentos en que no sabemos cómo salir del agujero en que nos hemos metido, en donde gritamos en silencio que nos encuentren.
9/10

miércoles, febrero 07, 2007

Miguel y William, de Inés Paris

El escritor inglés William Shakespeare es un joven que viaja a Castilla tras la pista de su amada Leonor, la cual se va a casar con el Duque de Obando, un viejo celoso. La joven le pedirá a su prometido para su boda una obra escrita por un conocido autor español que se dedica a recaudar impuestos, Miguel de Cervantes. A la llegada de Shakespeare a Castilla, la joven ideará un plan para que ambos autores escriban la obra sin enfrentarse.

Con un planteamiento tan peculiar, y original, como “¿Y si Miguel de Cervantes y William Shakespeare se hubieran conocido?”, la directora Inés Paris realiza su primera película en solitario tras la divertida “A mi madre la gustan las mujeres” y “Semen, una historia de amor”, codirigidas junto a Daniela Fejerman. Partiendo del guión escrito por Tirso Calero y Miguel Ángel Gómez, Paris introduce el personaje femenino de Leonor convirtiéndola en protagonista de la historia, y musa de los dos prestigiosos autores.
Leonor es una joven que se va a casar con un duque viudo, avaro y celoso por deseo de su padre. Sin embargo la joven vive una aventura con William Shakespeare a la vez que se enamora de Miguel de Cervantes. Para que esto pueda ser así en el palacio de su prometido, Leonor convierte a William en sirviente suyo y a Miguel le encarga una obra para ella.

Esa es la historia a grandes rasgos, sin embargo lo que resalto, y creo que ahí está la riqueza del film, es la inventiva para unir a dos grandes genios de la literatura en una misma historia. ¿Y qué mejor manera de unirlos sino por la fantasía y tratando a la historia como si se tratará de una obra escrita en esos días? Y es que la historia posee elementos teatrales a mansalva, no solo en su desarrollo, sino también como guiños a obras de la Edad de Oro del Teatro Español (Ahí tenemos al Duque exponiendo su idea de que “si tuviera que elegir entre boba o bachillera, a la boba elegiría sin duda” sacado de La Dama Boba de Lope de Vega).
El tratamiento de dos figuras tan ilustres en el mundo de las letras me parece un acierto para el propósito del film, que no es otro que contarnos una especie de sainete fantástico. Miguel de Cervantes es un hombre maduro que ha perdido toda ilusión por escribir, y por la vida. Se dedica a recaudar impuestos y a vivir de una mísera renta. Mientras que Shakespeare es un joven, algo payaso, que ama la vida, y a las mujeres, incapaz de crear una tragedia, pues solo ve alegría en la vida y tiene miedo a enfrentarse al dolor. A medida que se van conociendo (desde su obra, pues Leonor le pasa al uno lo que ha escrito el otro para que hagan una única obra) ambos autores irán alimentándose creativamente el uno del otro hasta llegar a respetarse, no sin antes haber tenido sus pesquisas.
La obra que ambos crean no es otra que “Othello”, la historia del moro cegado por los celos. Obra que tiene mucho que ver con la historia de Leonor y el Duque, pues él no permite que nadie mire a su prometida ni la toque sin su permiso. Así pues realidad y ficción se unen en la trama para demostrar que lo que vemos en una obra de teatro no es sino reflejo de lo que en realidad somos.
Además tenemos a los personajes de las hijas del Duque, Magdalena y Consuelo. Consuelo es una religiosa que no está muy segura de su vocación (esas miradas al escritor inglés), mientras Magdalena es una arpía con un único objetivo: quedarse con la fortuna de su padre eliminando a Leonor. Para lo cual decide hacerse con el medallón que la joven regaló a un inquisidor en pago por la vida de Cervantes, y así demostrar a su padre (el cual ha solicitado a su prometida llevar dicho megallón en su cena prematrimonial) que la engaña con otro hombre. ¿A alguien más le recuerda al argumento de las piedras de diamantes de “Los Tres Mosqueteros”?

Seguramente cuando uno ve esta historia no puede dejar de pensar en “Shakespeare in Love”, y es que el film de Paris (por mucho que quieran negarlo) le debe mucho a la película que Madden dirigiera. En primer lugar tiene a Shakespeare como protagonista, quien crea una obra inspirado en una joven de quien se enamora y que pronto se va a casar. Dicha joven no solo quiere la obra escrita sino que también quiere protagonizarla. La representación de dicha obra no está exenta de miedo al principio por parte de los actores para al final acabar con un gran éxito. ¿Sigo?. La música del film está compuesta por el mismo autor, Stephen Warbeck, que he de decir crea una música alegre y pegadiza. Resumiendo, que por mucho que quieran eludir las comparaciones, son inevitables.
Ahora bien, este film se ha hecho en España, sin pretensiones, con el fin de hacer pasar un buen rato al espectador, y con elementos españoles deudores de la picaresca española, y de la obra de Cervantes. Nada más hay que ver el inicio del film con ese “En un lugar de Inglaterra, cuyo nombre no recordamos....”, o la personificación de Sancho Panza en un criado, o la pelea de Shakespeare contra los molinos. Incluso la relación entre Cervantes y Shakespeare cuando son amigos puede compararse a la de Quijote y Sancho (Cervantes monta un corcel elegantemente, mientras Shakespeare va en burro haciendo el ridículo). No solo tenemos guiños al Quijote, sino también a obras del inglés, como “Hamlet” cuando le dice a Consuelo que “Vaya a un convento”, o directamente de “Othello”.

Como película que quiere emular una obra de teatro, aquí el plato fuerte son los actores y sus interpretaciones. Juan Luis Galiardo (también productor de la cinta) realiza con tesón y presencia una adecuada personificación de Cervantes, mientras Wil Kemp (que ya coincidió con Anaya en "Van Helsing") aporta su juventud y dotes para la danza al personaje del escrito de Stratford. Elena Anaya está muy correcta como Leonor, su sola presencia ya basta (al menos para mí). Sin embargo, los que consiguen que el film consiga tener ese aire de fantasía y teatralidad son los secundarios, liderados por José Mª Pou como el Duque, con su presencia extravagante y sus celos desbocados consigue llenar toda escena en que aparece. Le sigue una maquiavélica, y divertida, Malena Alterio, cuyo personaje parece un cruce entre la madrastra de Cenicienta y Bette Midler en “El Retorno de las Brujas”. Geraldine Chaplin da vida al indispensable personaje del ama de la protagonista, mientras la debutante Miriam Giovanelli da vida a la casta (en apariencia) Consuelo.

Simpática película, cuyos mayores errores es tener tanto que ver con “Shakespeare in Love” y abusar del personaje femenino convirtiéndolo en protagonista, cuyo monologo final parece de un mitin feminista. Pero como es todo fantasía, pues se lo perdonamos y recomendamos esta película como una obra que pudo haberse escrito en el S. XVII, con algún que otro cambio, y donde se demuestra que la pluma (el amor) gana a la espada.
6/10

lunes, febrero 05, 2007

Smokin'Aces, de Joe Carnahan

Buddy Aces Israel es un testigo del FBI protegido para testificar contra el mafioso Primo Sparazza, quien ofrece una recompensa para aquel que mate a Israel. El anuncio llevará a varios sicarios profesionales a ir contra Aces.

Tercer trabajo de Joe Carnahan tras la estupenda “Narc”. En esta ocasión el director dirige y escribe un film coral que se ha dicho debe mucho del cine de Tarantino y Guy Ritchie. Yo no lo veo completamente así, ya que en mi opinión es más deudor del cine de Tony Scott o de cualquier producción Bruckheimer. El grupo variopinto de asesinos introducidos en la carrera por matar al testigo podría competir con los presos de “Con Air”. De Tony Scott (no cito a Michael Bay que sería pasarse) es deudor en su ritmo videoclipero y secuencias visualmente atractivas, sin embargo el mayor fallo de “Smokin’Aces” es no saber muy bien por donde llevar la historia ni de que manera.
Si las peliculas de Scott, como la reciente “Domino”, o las producciones Bruckheimer estilo “60 Segundos” van a lo que van, o sea contar una historia con personajes planos en donde el guión suele ser muy simple, en su último film Carnahan se desvía para al final volverse algo pretencioso y darle importancia a una trama que en principio parecía diseñada para pasar un buen rato. Y es que si la película tratará simplemente del intento de asesinato de Aces por parte de los extravagantes asesinos y de la resistencia por parte del equipo del FBI por medio de un buen tiroteo y secuencias de acción en el hotel estaríamos hablando de un film palomitero de acción bien diseñado visualmente y sin pretensiones.
Los personajes que circulan por el film son verdaderamente ideales para crear un cóctel molotov visual, a saber: un asesino que se crea mascaras a partir de los rostros de personas de verdad; otro que hace todo tipo de aberraciones con sus victimas; unas chicas guerreras con una relación más personal de lo que parece; un grupo de locos hitlerianos deseosos de reventar todo loo que encuentran a su paso; y un fiador con dos policías que esperan recibir la recompensa capturando a Aces. A estos asesinos hay que sumar al propio Israel, posiblemente el mejor personaje de la trama, capaz de hacer con sus cartas todo tipo de trucos, incluso se podría decir que cortar cuellos (cuando clava la carta en el sofá da esa sensación), pero su presencia solo sirve para que veamos a una persona que va a traicionar a su gente y que se hunde en su propia miseria. Con estos personajes se podría haber conseguido una historia divertida, loca, absurda, pero digna de lo que se espera, sin embargo a Carnahan se le ocurre introducir a los personajes del FBI enviados para proteger al testigo, y al jefe de estos que con solo diez minutos en pantalla consigue darle al relato una seriedad innecesaria.

Visualmente la película es una pasada, con estilo videoclipero, en los primeros quince minutos nos presenta a todos los personajes con un ritmo endiablado. Lástima que a mitad el film de un bajón y le cueste recuperar el pulso. Aún así Carnahan consigue realizar momentos memorables como el tiroteo en el ascensor. En lo que respecta al guión intenta introducir situaciones absurdas y diálogos estilo tarantinianos (supongo que por ese motivo le habrán comparado), que no estarían nada mal (y siento volver a lo mismo) si la historia no fuera más que un divertimento que no se tomará en serio a si mismo.
El reparto está compuesto por nombres conocidos como Ben Affleck, Ray Liotta, Andy Garcia, Alicia Keys, Jeremy Piven, Ryan Reynolds o Jason Bateman, aunque algunos de ellos desaparezcan al poco (no voy a decir quién).
Como entretenimiento está bien, pero Carnahan debería haber arriesgado algunos personajes y sacar más partido a los asesinos, seguro que si la hubiera realizado Michael Bay estaríamos hablando de su mejor film, ya que él hubiera eliminado el tono pretencioso final.
4,5/10

domingo, febrero 04, 2007

Oscars: Annie Hall (1977)

Alvy Singer es un cómico neoyorkino judío que conoce a Annie Hall gracias a unos amigos. Ambos comenzarán una relación llena de altibajos por las calles de Nueva York.

Una de las películas más celebres de Woody Allen en las que vuelve a hacer gala de su característico sentido del humor dando vida a Alvy, su alter ego, un cómico enamorado hasta la medula de Nueva York, judío que ve ataques antisemitas en varios personas que viven en la ciudad de los rascacielos, neurótico compulsivo que lleva visitando a un psiquiatra desde hace 16 años, con una visión pesimista de la vida y amante de las películas Suecas, con Ingmar Bergman a la cabeza.
Lo que en principio era una historia a base de sketches con monólogos y números cómicos de Allen acabo convirtiéndose en la historia de una relación.
El film comienza con Alvy contando un chiste al espectador (La cámara) en que dice que “no le gustaría ser socio de un club en que lo aceptaran”, así es como él ve la vida, y en concreto las relaciones, pues a pesar de encantarle estar con mujeres, no ve la posibilidad de vivir con ninguna. Ya entonces nos comunica su ruptura con Annie.
En un partido de tenis conocerá a Annie Hall, una chica inteligente, con un estilo de vestir original y llamativo, que se quiere hacer un hueco en el mundo de la música. Con Annie vivirá una relación plena, que los llevará incluso a vivir juntos (algo en lo que Alvy no está de acuerdo). Tendrán sus momentos buenos y sus momentos malos, hasta que llegue el momento en que ambos vean que están bebiendo de un vaso vacío y decidan romper.
Annie y Alvy son diferentes, mientras Alvy no aguanta entrar a los dos minutos de empezar la película Annie lo ve una estupidez, Annie desea trasladarse a California mientras Alvy no podría vivir mucho tiempo apartado de Nueva York, lo único que tienen en común es que ambos son artistas a los que les cuesta actuar frente a un público (Alvy empezó escribiendo chistes para cómicos penosos).

Allen puso originalidad en la puesta en escena consiguiendo momentos inolvidables dentro de su filmografía. No solo hablaba al espectador, sino que, entre otras cosas, introducía personajes en escena para argumentar lo que dice (el momento en el cine), se convierte en un personaje animado enamorado de la madrastra de Blancanieves, y viaja en el tiempo junto a Annie y su amigo Rob para presenciar su infancia en Brooklyn.
El montaje es una de las mejores cosas del film, pues el montador Ralph Rosenblum consigue dar coherencia y unión a una serie de escenas que en principio eran simples chistes y gags para finalmente convertirlos en la historia de Alvy Singer y su relación no solo con Annie, sino con otras mujeres de su vida. Se dice que Rosenblum tuvo que trabajar con 30000 metros de cinta grabada que tuvo que organizar para conseguir el resultado final del film.
Entre los actores que participaron en ella nos encontramos con Jeff Goldblum y Christopher Walken en pequeños papeles. Tony Roberts como el amigo de Alvy, Rob, y Diane Keaton como Annie Hall, uno de sus mejores papeles, que la actriz construyo ayudada por el extravagante vestuario que lleva su personaje.
El guión corrió a cargo de Allen y Marshall Brickman, y significo un punto de inflexión en la carrera del director, pues realizó un film alejado de todo lo que había hecho antes en que las historias iban a base de sketches característicos de alguien que ha salido de un nightclub.

En 1977 consiguió alzarse con los premios correspondientes a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actriz (Keaton) y Mejor Guión. A pesar de ello, y aunque es de las mejores películas del director, creo que aquel año debió ganar “La Guerra de las Galaxias” (no solo porque me encante, que conste). En mi opinión la mejor película de Allen es “Manhattan”.
7,5/10