El Reino de los Cielos, de Ridley Scott
Película épica de Ridley Scott, que parece que después del éxito de Gladiator parece que no haya dirigido otra cosa previa (¿Ya nadie se acuerda de “Blade Runner” o “Alien”?), en donde el director se traslada de la Roma Imperial a los tiempos de las Cruzadas para narrarnos la historia de Balian, el joven herrero que se convierte en defensor de la ciudad de Jerusalén.
He de reconocer que, visionada en cine, el film me pareció aburrido. Ahora, revisionada en la Director´s Cut que ha salido en DVD, he de decir que ha mejorado, aunque sigue teniendo fallos a mansalva.
El film presenta bastante fidedignamente las relaciones entre musulmanes y cristianos en aquella época y su lucha por Jerusalén. Si hay algo que me gusta es que a los musulmanes no se les pone como asesinos sanguinarios ni fanáticos, al igual que tampoco a todos los cristianos.
En Jerusalén reina Balduino, enfermo de lepra, que defiende apoyado en sus caballeros. Entre los cuales se encuentran los templarios, los más fanáticos y radicales de todos, que buscan la guerra contra los musulmanes, mediante la cual consigan expulsarlos de Tierra Santa. El líder de estos, Guy de Lusignan, está casado con su hermana Sibylla, y ve en ello la posibilidad de reinar tras la muerte de Balduino.
La película refleja las relaciones diplomáticas entre Balduino y Saldino, líder de los musulmanes. Ninguno de los dos quiere un baño de sangre. Ambos se respetan, y en momentos se prestan ayuda. Por ejemplo cuando Saladino le ofrece a Balduino los servicios de sus médicos.
Una vez muerto Balduino, el poder recaerá en su sobrino, hijo de su hermana. Pero la princesa descubre una terrible verdad, su hijo padece lepra, al igual que su hermano. Para no verlo sufrir ni vivir como lo hizo su hermano, lo matará, convirtiendo a Lusignan como Rey, quien comenzará una guerra contra Saladino.
Jerusalén representa la Fe, todo aquel que vaya allí en busca de persona lo hallará. Es un Reino de conciencia, en donde viven personas de todo tipo de etnias, pero en donde solo puede existir una religión, al menos esa es la razón de la contienda. Mientras los cristianos defienden la ciudadela en nombre de Dios, los musulmanes la reclamarán en nombre de Alá.
Una Guerra Santa, como la que aún hoy día, desgraciadamente, se sigue viviendo.
Ahora hablemos del protagonista. Si antes he mencionado que ha Scott se le conoce ya como el director de “Gladiator”, en esta película esa definición seria muy acertada. Ambos protagonistas, Máximo y Balian, son similares. El general romano pierde a su mujer e hijo perdiendo toda ilusión de su vida, lo único que le queda es la venganza contra quien los mató; Balian pierde también a esposa e hijo, sigue trabajando en la herrería, pero a la llegada de su padre, a quien no conoce, se replanteara el seguir viviendo en su pueblo y poner camino a Tierra Santa, para recuperar la Fe perdida. Muy bien, hasta ahí. Ahora, que en “Gladiator” el protagonistas sepa luchar fieramente en la arena del circo me lo creo porque era general del ejercito, pero que Balian pase de ser un simple herrero a convertirse en héroe de Jerusalén porque su padre le nombre caballero me parece excesivo y el mayor fallo de la película.
De acuerdo que en el bosque, cuando la emboscada, el muchacho se defienda y sepa manejar la espada, pero de ahí a llegar a ser el mejor caballero del reino hay un trecho. Si el protagonista hubiera sido un caballero retirado, o alguien que previamente hubiera tenido carrera militar, pues mira, eso me lo creo más. Pero ponerme a un joven herrero que del día a la noche se transforma en guerrero invencible, y estratega de primera, por mucha Fe que tenga, lo siento pero no. Ni siquiera se muestra que tenga un entrenamiento avanzado, salvo cuando su padre le enseña un movimiento de espada, que parece ser que nadie más lo conoce en el mundo y le hace vencer a todo el que se le pone por delante. Es una pena que un punto de partida cómo el que mueve al personaje a Jerusalén, como es la Fe y el encontrarse a sí mismo en Tierra Santa, se eche por la borda por ese ínfimo detalle. Si bien es cierto, que sus ideales representan al buen cristiano, y es un líder sabio, elegido por Balduino, podría haber sido mucho más interesante condensar en este personaje dos personajes más, como son su padre y el guía espiritual, consiguiendo un único protagonista más creíble.
Ridley Scott parece haberse estudiado al dedillo la Saga de los Anillos de Jackson, ya que aquí quiere alcanzar el no va más de aventura épica con una puesta en escena majestuosa, concluida por un asedio más pesado que el del Abismo de Helm.
Cierto es que el film está bien dirigido en su primera mitad, con una gran utilización de escenarios naturales y una magnifica dirección artística. Claro que tiene un problema, y es que parece un “esto me suena a...”. Cierto es que “Gladiator” marcó la resurrección de la carrera de Scott, y parece ser que aquí quiere reinventarse a sí mismo mostrándonos una película de cruzadas como no habiamos visto antes, con los grandes escenarios de Jerusalén, el majestuoso desierto, los preciosos palacios, pero todo con aire a haberlo visto antes. La llegada a Jerusalén por parte de Balian es bastante similar a la primera visita de Gandalf a Minas Tirith.
No solo de Anillos bebe esta épica, sino que Scott dirige su mirada a uno de los grandes, David Lean, y concretamente a “Lawrence de Arabia”, con esas secuencias en el desierto, intentando emular lo inimitable, como cuando Balian encuentra el Oasis o cuando el ejercito de Balduino y Saladino se encuentran.
Algo que tampoco me gusta, y que ya pasaba en “Gladiator” es la manía de rodar los combates y secuencias de batalla alternando cámara lenta con un golpe de aceleración de imagen. Desgraciadamente se abusa de ello en extremo.
Por último mencionar al asedio, que como ya he citado es la segunda parte del Abismo de Helm, solo que aquí no nos enteramos muy bien por donde van los tiros. Todo es rápido y confuso en pantalla, sin saber muy bien donde están los cristianos y donde los musulmanes.
Por supuesto no todo es malo. Como ya digo la primera parte del film en donde los protagonistas hablan sin parar en conversaciones que más bien nos importan poco, Scott consigue bellas secuencias para que no decaiga la historia. La carga de caballería de Balian a mitad de película está bien planteado, aunque de nuevo respira ese aire deja vú.
A pesar de todo, el film es un espectáculo visual de primera, secundado por la magnifica dirección artística y la excelente música de Harry Gregson-Williams. Sobre la música he de decir, que a pesar de lo compuesto por Williams, Scott utiliza fragmentos de otros films, como por ejemplo de “The Crow” cuando Balian lucha contra los caballeros enviados a matarle, o la “Opera” que se escuchaba en “Hannibal” cuando Balduino muere, consiguiendo un momento memorable lleno de lirismo.
El guión del film corre a cargo de William Monahan (el de “Infiltrados”), que podría haberse rebanado un poquito más los sesos a la hora de crear al protagonista. El contarnos la historia de Balian a la par que la situación en Jerusalén debería haber estado mejor cosido. Los personajes quedan desdibujados, empezando por el protagonista. Los mejor tratados son Saladino, Balduino y Sybilla. A los caballeros templarios los muestra como asesinos ansioso de sangre. Los secundarios como Godofredo o Tiberias, dos de los mejores personajes del film, desaparecen a la primera. Esto provoca que uno salga de la película habiendo dado un paseo reconociendo rostros conocidos pero sin haberse detenido en ninguno.
El rodaje tuvo lugar en mayor parte en Marruecos y España, rodando en el castillo de Loarre, consiguiendo un gran realismo.
Orlando Bloom se repite como el héroe, Balian tiene un poco de Will Turner, algo de Paris y esbozos de Legolas. Este chico se ha encasillado ya como nuestro Errol Flyn, da muy bien en cámara y es ideal para estos personajes heroicos. Eva Green mejor muchísimo en esta nueva versión del director, su Sybilla llena la pantalla en todo momento y es uno de los personajes más ricos y complejos de la trama. Ghassam Massoud es Saladino, posiblemente el mejor personaje del film junto con Balduino, interpretado tras una máscara por Edward Norton. Entre los secundarios nos encontramos rostros conocidos como Brendan Gleeson como fanático caballero; Liam Neeson de nuevo en el papel de maestro, y padre de Balian; Jeremy Irons como Tiberias, fiel consejero del Rey Balduino que ve cómo la cristiandad se está perdiendo en Jerusalén por el poder; David Thewlis es Hospitaler, caballero cristiano y monje.
A pesar de que Ridley Scott no volverá a ser el de antaño con este film ha conseguido una aceptable película sobre las cruzadas, con una gran riqueza visual.
5,5/10
2 Comments:
De acuerdo en tu critica, sobre todo en la cantidad de similitudes con Gladiator.
Orlando Bloom es un espanto, aunque aqui ofrece su mejor actuación vista hasta la fecha y la música de Gregson-Williams es totalmente reivindicable,
1 saludo !!
La película gana enteros en Extendida, de verdad. Eva Green está fantástica, y su historia está mucho más desarrollada.
Saludos.
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