frikigalactico

viernes, julio 20, 2007

Despedida y Cierre

Hola queridos lectores, muy a mi pesar debo comunicar que este blog quedara abandonado por falta de tiempo de quien os escribe. Puede que en breve abra de nuevo otro blog, en tal caso no perdais de vista algunos blogs amigos.
Espero a los que hayais pasado por aqui que os hayan gustado los comentarios y que me perdoneis por este cierre.
Aún asi, estad atentos por la blogsfera, porque volvere.

Saludos.

jueves, abril 12, 2007

Las Vacaciones de Mr. Bean, de Steve Bendelack

Mr. Bean gana una rifa por la cual viajará a Francia.

Diez años después de que asaltará la gran pantalla por primera vez con su famoso personaje, Rowan Atkinson vuelve a enfundarse su chaqueta marrón con corbata roja para traernos una nueva aventura de Mr. Bean. El propio actor ha declarado que esta será la última vez que interprete al celebre personaje inglés, por lo cual había que despedirlo por todo lo alto, y que mejor manera que mandarlo de vacaciones a la costa azul para que incordie un poco a los franceses.

Más conseguida que su antecesora, aquella en la que Bean se hacía pasar por un experto en arte y tiene su aventurilla con “La madre de Wistler”, esta nueva película nos trae un Bean más suelto y más cercano al televisivo. Recién ganado el premio, Bean viaja a Francia en donde vivirá varias situaciones, rozando lo absurdo, hasta llegar a su destino, Cannes.
Bean siempre se ha caracterizado por los gags propios del personaje. En esta ocasión hay abundantes, aunque la gran mayoría son previsibles y fallidos contiene algunos verdaderamente memorables que consiguen la carcajada. Rowan Atkinson hace gala de sus mohines y no deja de mover cada músculo de su rostro, poniendo todo tipo de caras para, supuestamente divertir al espectador, llegando a límites inaguantables. Su personaje siempre ha estado cómodo en televisión y el paso al cine le sigue quedando grande. Por suerte, en esta ocasión, los personajes secundarios están mejor construidos que en la anterior aventura cinematográfica. Con el telón de fondo del Festival de Cannes, Bean se verá inmerso en el supuesto secuestro del hijo de un miembro del jurado, hará la vida imposible a un famoso director de cine (excepcional Willem Dafoe) y, como no podía ser de otra manera, se enamorará de una bella actriz.
Los momentos del egocéntrico director al que da vida Dafoe consiguen llegar a ser mucho más divertidos que las parafernalias de Mr. Bean. Véase por ejemplo ese momento en el festival en que el director admira entusiasmado su obra, pues su nombre y presencia la abarca completamente, que está aburriendo a todo espectador. Una mirada crítica a ciertos directores que se creen las estrellas de sus propias películas en todos los campos llevada al extremo y que Dafoe realiza de manera magistral.

El film está dirigido por el televisivo Steve Bendelack, que conoce bien el personaje de Bean. Sin conseguir momentos realmente brillantes, hace lo correcto para esta película, que es seguir al protagonista y ponerse a su servicio. Como ya he citado la cinta contiene momentos realmente cómicos como pueden ser el momento autostop, la actuación de Bean cantando, o todos los momentos Willem Dafoe que valen su peso en oro y por los que merece la pena ver la película. El resto son una sucesión de gags creados para el personaje que harán la delicia de todo buen seguidor, y que no engañan a nadie.

4,5/10

miércoles, abril 11, 2007

Flawless, de Joel Schumacher

Walt Koontz es un agente de policía que sufre un ataque y queda paralizado de medio cuerpo. Para conseguir poder perder la parálisis del habla es recomendable dar clases de canto, para lo cual pedirá ayuda a un vecino con el que no se lleva nada bien porque es travestí.

Joel Schumacher dirige y escribe esta película en donde nos habla de la discriminación y posterior aceptación de personas diferentes, como pueden ser los homosexuales, a través de un personaje homofobo. Con este punto de partida que hubiera dado para una historia de amistad interesante sobre el conocimiento de ambos personajes, el director y guionista da ruedas de tuerca y consigue meter de por medio una investigación policial y un concurso en donde se elegirá a la reina travestí. Bien, dos cosas bastantes diferentes que si se hubieran mezclado bien habrían dado un comedía dramática interesante y no el refrito policial-gay que acaba siendo.
No digo que la película sea horrorosa, sino que los elementos con que cuenta son muy interesantes, pero que quedan anulados por varios momentos bastantes inverosímiles. Si no veamos a esa panda de amigos machos jugando una partida de cartas, insultando a los gays y travestís, para en la siguiente secuencia donde salen ver como están todos en una fiesta felices y contentos bailando. La aceptación es que vienen cuando menos te lo esperas. Los amigos de Rusty, el vecino de Watl, son locas a más no poder, que en seguida se hacen amigos/as del enfermo policía al que uno llama “Señor Pie Izquierdo”.
Por suerte tenemos momentos íntimos en donde Walt y Rusty se confiesan cosas privadas y donde se dan cuenta de que no son tan diferentes el uno del otro.
La trama policial está metida con calzador, pues cuando empieza el film parece que vamos a ver una película en plan policíaca, para después ir abandonando esa trama y recuperarla al final en modo de sorpresa.

Schumacher dirige de forma correcta tirando a floja, metiendo personajes que no sirven para mucho (ese guitarrista amargado), con diálogos bastante prescindibles. Esta película data de 1999 (aunque llegó a España bastante después), y es que los 90 no fueron del todo buenos para el director, no solo regaló a los fans las dos peores entregas de “Batman” sino que realizó films tan deficientes como “Tiempo de Matar”. Por suerte en 2000 volvería a tener buen pulso y nos traería “Tigerland”, “Última Llamada”, o “El Fantasma de la Opera”. Así que esta “Flawless” se puede considerar su película de transición, y más personal en años, pues la escribe y dirige.
Posiblemente lo mejor de la cinta sea ver a dos grandes como son Robert DeNiro y Phillip Seymour Hoffman realizar dos buenas interpretaciones (excepcional en el caso del segundo). DeNiro vuelve a interpretar al policía malhumorado que sufre un ataque y queda tetraplejico, rememorando sus buenos tiempos en “Despertares”, consiguiendo una interpretación muy convincente. Seymour Hoffman por su parte realiza el papel de Rusty, el vecino travestí de Walt que es un gran admirador de la música y cuya mayor ilusión en el mundo es poder hacerse la operación que lo convierta en mujer.

Película de temática gay, en donde no se sabe mezclar bien trama policial con comedía o temática social, pero que contiene dos buenas interpretaciones de sus protagonistas.

4/10

lunes, abril 09, 2007

BMW Short Films: The Hire

Serie de cortometrajes que la compañía BMW realizó entre 2001 y 2002 contando con un buen puñado de profesionales como son David Fincher o los hermanos Scott en la producción y con realizadores de primer orden, los cuales otorgan a las historias su particular estilo cinematográfico. En cada uno de ellos el protagonista, el conductor, al que da vida el sensacional actor Clive Owen, deberá completar una misión o encargo, algo así como una especie de “Transporter”.
La serie se forma de:
-“Ambush” de John Frankenheimer: El director hace gala de su estilo clásico en esta realista persecución en donde el conductor deberá proteger a su pasajero que esconde una importante información.
-“Chosen” de Ang Lee: Heredera directa de “El Chico de Oro”, el conductor debe traladar a un chico del Tibet pasando por diferentes obstáculos. Atención al regalo que le da el niño al final del corto, un guiño al que era el proyecto cinematográfico de Ang Lee por aquel entonces.
-“The Follow” de Wong Kar Wai: El más poético de todos. En él, el conductor nos narra lo que siente cada vez que se le encarga el trabajo de seguir a alguien, viviendo esta vez una historia más personal de lo costumbre con su objetivo. La denuncia social está presente de forma magistral. Secundan a Owen, Mickey Rourke y Forest Whitaker. Una delicia de cortometraje.
-“Star” de Guy Ritchie: El director de “Snatch” pone en marcha su estilo visual narrando la pericia del conductor de llevar como pasajera a la mismísima Madonna, a la cual demostrará sus buenas dotes en la conducción, y de paso le dará una lección. Pura adrenalina.
-“Powder Keg” de Alejandro González Iñárritu: Posiblemente el más comprometido de todos. No es de extrañar estando detrás Iñárritu y Arriaga. Narran la historia de un fotografo de guerra que quiere llegar a la embajada de su país. Entablará una amistad con el conductor, quien puede que falle en esta nueva misión. Desgarrador.
-“Hostage” de John Woo: EL director de “The Killer” vuelve a sus buenos tiempos y realiza una historia con buen pulso y emoción. Acción y adrenalina se dan de la mano de manera sobresaliente.
-“Ticker” de Joe Carnahan: El conductor debe comenzar una carrera contrarreloj para conseguir llevar a su destino un maletín. Carnahan demuestra su buen hacer tras la cámara con un reparto estelar en donde vemos a Don Cheadle, F. Murria Abraham o su habitual Ray Liotta.
-“Beat the Devil” de Tony Scott: El pacto con el Diablo está aquí presente. James Brown visita a Satanás, con quien tiene un pacto, para que vuelva a brillar sobre el escenario como antaño. Tras varios minutos de conversación el conductor le propondrá al Diablo una carrera en donde decidir el destino de Brown. Tony Scottt hace gala de su estilo más salvajemente videoclipero en esta historia que transcurre en Las Vegas y tiene como protagonistas a James Brown, Gary Oldman, Danny Trejo o Marilyn Manson.

La calidad de todos y cada uno de los cortometrajes hace imprescindible el visionado de esta serie, que es mil veces superior y tiene mucho en común con “Transporter”. De todos los citados, el más memorable, en mi opinión, es “The Follow” de Wong Kar Wai, una joya.

viernes, abril 06, 2007

El Buen Pastor, de Robert DeNiro

Edward Wilson es un joven idealista que tras terminar sus estudios en Yale se incorpora a trabajar bajo el Gobierno de los Estados Unidos. Poco a poco, Wilson se ira introduciendo más en materia de espionaje y se convertirá en un hombre frío y calculador convirtiéndose en uno de los fundadores de una de las Agencias más poderosas del mundo: La CIA.

Si digo desde cuando esperaba esta película muchos no me creerían. Segunda película como director del gran Robert DeNiro, que ya debutó con la magnifica “Una Historia del Bronx”, y que aquí va un poco más allá en lo que a riesgo se refiere. Reconozco que fui con cierto miedo tras leer la mayoría de las críticas que dicen que es una película vacía, aburrida y extremadamente larga. Aún así, estando DeNiro detrás tenía cierta esperanza y no salí decepcionado, sino todo lo contrario.
Si lo que se nos quiere mostrar en el film es cómo funciona un alto mando de la CIA desde sus primeros pasos, no se puede negar que la película lo consigue. Vemos como el joven Wilson entra a formar parte de la sociedad secreta “Skulls and Bones” (no sé si ustedes se acordaran de esa película de Rob Cohen llamada “The Skulls”) a partir de la cual se forjaran amistades y enemistades; como mantendrá amistad con un agente del FBI; como traicionará a un profesor que luego será de vital importancia en su vida; como se casará contra su voluntad por haber cometido un pequeño desliz. A medida que Wilson vaya entrando en la telaraña del espionaje y se convierta en un profesional se irá distanciando de su familia y de los ideales que tenía en sus años de estudiante.
No es de extrañar que a mucha gente la película le parezca fría y distante, pues el personaje es así. En ningún momento se simpatiza con él, es un rostro de piedra que estudia cada movimiento, cada situación que lo rodea, un hombre que parece no tener conciencia más que para con su país.

Abarcar un periodo tan largo como pueden ser 22 años de la vida de un hombre resulta complicado, sin embargo el film posee un montaje a base de flashbacks que, si el espectador acepta entrar, consigue atraparnos y mantener nuestro interés. La película comienza en 1961 cuando a Wilson le entregan un sobre con una foto y una grabación, que serán investigadas por él y su equipo, pues en ellas pueden hallar al culpable por el cual la operación en Bahía de Cochinos fue un desastre, mientras tanto se alternarán varios flashbacks que nos llevarán a 1939, cundo Wilson estaba en Yale. Así transcurre todo el film, entre la investigación llevada a cabo en el 61 con los flashbacks que nos relatan la historia de cómo Edgard Wilson llegó a convertirse en un miembro tan vital para el contraespionaje de EE.UU.
La investigación sobre dicha fotográfia y grabación ya intrigan al espectador, sin embargo vemos otras cosas en pantalla que nos muestran el funcionamiento del mundo del espionaje como la infiltración en bando enemigo, saber tener ojos en todas partes y no confiar nuca en nadie. Wilson mantendrá una relación de rivalidad con su Némesis en Rusia tras la Seungda Guerra Mundial, Ulises.
En el ambiente sentimental Wilson apenas tiene complicidad con su esposa Clover, con quien solo tienen en común un hijo. EL amor de Wilson siempre ha sido Laura, una joven sorda que conoció en la Universidad, y por la que siempre se ha sentido atraído, sin embargo su nueva vida como agente le impide seguir viéndola.

La cantidad de información política que se nos da en pantalla es difícil digerirla, convirtiéndose en una película densa, pero no por ello decepcionante. El guionista Eric Roth, a quien le debemos los libretos de “Forrest Gump” o “Munich”, crea un thriller de espionaje internacional verdaderamente realista y con conversaciones a las cuales hay que estar muy atento. Esto no se trata de Jason Bourne (a pesar de compartir protagonista) ni James Bond, esto trata de ser tan real como puede. Así pues Wilson será la cabeza que envié a otras manos para hacer el trabajo sucio y que no le salpique.
Por supuesto, dicho guión, por muy brillante que pudiese ser, no serviría de nada si tras la cámara no estuviera una persona con mano firme e ideas claras que llevará el proyecto a buen puerto. DeNiro afronta la realización del film de manera brillante, sobria, extremadamente clásica, conteniendo momentos verdaderamente sublimes como el descubrimiento de la espía sin audífono o las muertes de personajes queridos para Wilson y su familia. A pesar de que se ha querido comparar a la película con “JFK” o “El Padrino II” no hay que equivocarse. De la primera será porque abarca tramas políticas dentro de Estados Unidos, y de la segunda porque el montaje es a base de flaschbaks, ya que “El Buen Pastor” no posee ni un ápice de épica ni de tragedia griega como si pudiera tener la Saga de Los Corleone. DeNiro crea una película fría, en donde las emociones quedan destapadas en leves secuencias, pero envueltas en esa coraza de hierro como puede ser la del protagonista, conocido como “frío”.

Rodeado de un equipo de primera como puede ser Robert Richardson en la excelente fotografía, An Roth en el vestuario o Jeannine Claudia Oppewal en la dirección artistica. Por no hablar del excelente y extenso reaprto (galardonado en Berlin como Contribución artistica) en donde Matt Damon personifica de manera fría y calculadora a Wilson, capaz de atrapar todo lo que le rodea tras el cristal de sus gafas y el cristal de una botella (sus barcos). Secundado perfectamente por John Turturro como la mano ejecutora de Wilson, Alec Baldwin como el enlace del FBI, Michael Gambon como el buen Profesor de Wilson, Billy Crudup como compañero en la agencia o William Hurt como jefe de Wilson. Angelina Jolie da vida a Clover, esposa de Wilson, quedando muy mal parada frente a Tammy Blanchard como Laura. A pesar de que casi todos los papeles quedan a la sombra de Damon en cuanto a importancia se refieren, y algunos muy desdibujados, tambien aparecen ya en muy menor medida Robert DeNiro como el Coronel Sullivan, Timothy Hutton como el padre de Edgard, y el gran Joe Pesci en colaboración especial para su amigo Bob.

A pesar de su excesivo minutaje (no le hubiera pasado nada recortarla 10 minutos) la película es una excelente muestra de thriller político de espionaje bien llevada a cabo apadrinada por Francis Ford Coppola, y donde DeNiro demuestra que tambien es grande tras la cámara.

7,5/10

martes, abril 03, 2007

Frankie y Johnny, de Garry Marshall

Johnny acaba de salir de la cárcel y busca trabajo en un café-restaurante en donde conocerá a Frankie, una mujer de la que se enamorará. Aunque Frankie no quiere nada serio, Johnny le hará recuperar las ganas de amar a otra persona.

Muy estimable película del director de “Pretty Woman” en donde se nos narra la historia de amor de los dos protagonistas y el entorno que los rodea.
De caracteres diferentes, Frankie y Johnny se convierten en la pareja perfecta, dos personas diferentes que en el fondo no serían nada el uno sin el otro. Mientras Johnny es un hombre optimista, inteligente y con ganas de vivir el momento Frankie es una mujer con miedo a comenzar una relación por sus vivencias pasadas, su vida se resume en ir a su trabajo, llegar a casa y ponerse a ver películas en su nuevo video que no sabe cómo funciona mientras come una pizza. Dice un refrán que dos personas opuestas son las que más se atraen, y los protagonistas de este film bien pueden ser ejemplo para aquellos que no lo piensen. Otra cosas distinta es que una de las dos partes no quiera admitir que la otra le gusta, luchando contra sus sentimientos y mintiéndose a sí misma. Así es Frankie, una mujer que se niega a sentir lo que verdaderamente siente, y Johnny es quien no abandona en su cruzada por que ella le acepte, según él están predestinados debido a la canción del mismo título que sus nombres entre otras cosas.
La película no es más que una historia de personajes, de seres humanos reales, con problemas de verdad como pagar el alquiler, mantener una familia, trabajar para vivir, sin olvidarse de los sueños (el cocinero que consigue vender un guión y marcharse a Holywood). Todo ello es relatado sin salirse apenas del restaurante en donde trabajan ambos protagonistas, en donde sus compañeros y su jefe enriquecen más la trama y nos demuestra que no somos tan diferentes los unos de los otros.
La historia que nos cuentan trata el tema de la soledad, la que sienten los protagonistas, como los camareros del restaurante. Todos llegan a casa tras una dura jornada de trabajo y se encuentran solos, sin nadie que los reciba, no tienen más que el restaurante donde trabajan y a los compañeros con que comparten la jornada. También se hace alusión al SIDA (no olvidemos que estamos en los 90) a través del amigo gay de Frankie, con lo cual el film hace una leve mirada crítica a dicha enfermedad cuando se daba a conocer.

Sin más escenarios que el restaurante, el apartamento de Frankie y un hall en donde se realiza una fiesta, el director Garry Marshall consigue que el ritmo de la cinta no decaiga y que lo que esta pasando en pantalla nos interese. Cierto es que se la va la mano en más de un momento con sus sentimentalismo, aunque aquí estén ocultos tras el sentido del humor del guión que corre a cargo del autor de la obra de teatro en que se basa, Terrence McNally. Una de las secuencias más memorables de la película es cuando Johnny regala a Frankie una flor, el momento en que ella decide dar el primer paso y perder el miedo, un momento realmente inolvidable.
El reparto consigue crear unos personajes creíbles, cercanos, gracias a lo cual nos sentimos más conectados con la historia. Entre los secundarios nos encontramos con el habitual de Marshall, Hector Elizondo y Nathan Lane como el amigo gay de Frankie. Sin embargo los dos grandes protagonistas son Al Pacino como Johnny y Michelle Pfeiffer como Frankie, quienes consiguen unas más que notables interpretaciones (en especial ella) reencontrándose años después de “Scarface”.

Estimable película sobre una relación y sobre las personas que viven el día a día.

7/10

lunes, abril 02, 2007

El Motorista Fantasma, de Mark Steven Johnson

Johnny Blaze es un joven que hace un pacto con el diablo para salvar la vida de su padre. Años más tarde el diabólico Ser volverá para exigirle a Johnny el pago de dicho pacto: convertirse en su secuaz montado en moto para acabar con Blackheart y sus secuaces.

Nueva adaptación de un personaje Marvel, y van….. En esta ocasión se adapta un personaje más secundario dentro del mundo de los comics, aunque no por ello desconocido. La figura del motorista con el craneo llameante es una de las figuras más conocidas por los amantes de Marvel, pero que no llega al nivel de Hulk o Spider-Man.
Para llevar a la pantalla dicho personaje los ejecutivos de Marvel y Columbia contrataron a Mark Steven Johnson, quien ya se encargo de llevar a la pantalla a otro miembro de la familia con resultados más que desastrosos: “Daredevil”. Esto ya hacía esperar una película deficiente y un hurto al personaje. La incorporación de Nicolas Cage, gran fan de los comics, dio un poco de esperanza.

La historia del film no puede ser más simple, pues es el mito de Fausto readaptado para la ocasión, con mucha acción, mucho fuego artificial y poca profundidad. Sin embargo lo que queda bien para un serial de comics queda espantosamente mal en película, consiguiendo Steven Jonson superarse a sí mismo y desbancar a “Daredevil” de la peor película basada en un Héroe Marvel.
Ya no solo hablo del argumento, que bien desarrollado habría dado para una peli maja de Serie B, sino de los absurdos diálogos y situaciones que ocurren en el film. Porque vamos, esa conversación Cage-Mendes tras muchos años sin verse y la posterior conversación montados en sendos vehículos es digna para entrar en el podio de peores diálogos de la historia del cine.
Johnson no solo vuelve a dirigir, mal, una película basada en un comic sino que se plagia a sí mismo, ya que la historia entre Johnny Blaze y su padre es idéntica a la de Matt Murdock con el suyo, padre, no especialmente modelo, con problemas personales pero que es un héroe para su hijo y que es el motivo por el que luche contra el mal. Al menos podría haberse esmerado un poco en la planificación o la relación padre-hijo.
Ahora hablemos un poco de los villanos. Los malos del film son diablillos que vienen a la tierra que vienen en busca de no se qué objeto que nos interesa más bien poco. El lider, Blackheart, es el hijo de Mephistopheles, quien planea gobernar el mundo y el inframundo. Menos mal que aquí hay otra historia padre-hijo, el diablo padre no quiere que su hijito se haga con el poder porque es muy travieso. Total que está hecho un diablillo (si de tal palo…). Para detenerlo nadie mejor que el joven Blaze, con quien Meohistopheles hizo un pacto y a quien le ordenará detenerlos. Para eso le pone una nueva armadura, o mejor dicho, le priva de piel carnal para dejarlo en los huesos y que así dé más miedo, y le regala una super-moto endemoniada que mola mucho. Por tatno nos encontramos con un diablo miedica que no es capaz de cantarle las cuarenta a su hijo sino que tiene que mandar a la niñera. Si es que las relaciones paterno-filiales dan mucho juego en Hollywood.
Por supuesto no nos olvidemos de la maravillosa historia de amor entre Johnny Blaze y Roxanne. Lo de ellos no es química sino física, porque ella…. Vamos, no tiene más que aparecer para calentar a Blaze y que le arda la cabeza.
Las escenas de acción y los Efectos Especiales podrían considerarse lo mejor de la cinta, a pesar de ser de serie B.

De los actores poco se puede decir salvo que por ahí salen Wes Bentley, Sam Elliot y Meter Fonda que seguro estaban de vacaciones y no tenían nada mejor que hacer. Eva Mendes pasea felizmente su palmito, lo cual hace más llevadero el visionado de la cinta. Nicolas Cage puede estar satisfecho, ya que ha conseguido participar en una adaptación de comic y ridiculizarse a sí mismo, con ese dedo apuntando a lo “Corazon Salvaje” y esa frase que seguro le costó recordar “No se puede vivir con miedo” prestada de su amigo “Daredevil” que para algo es el hombre sin miedo.
Lo peor es que ha amortizado lo que ha costado y ha obtenido beneficios, lo cual nos lleva a la conclusión de que habrá secuela.

0/10