Asesinos Natos, de Oliver Stone
Micky y Mallory son una pareja de asesinos que recorren la autopista 666 matando a diestro y siniestro. Con unos pasados que les marcaron, los dos se convertirán, gracias a los medios de comunicación, en estrellas, protagonizando un programa en directo que recreará una de sus fiestas sanguinarias en la cárcel en que se encuentran.
Polémica y bestial película de Oliver Stone que causó todo un revuelo en su estreno, allá por el año 1994. Y es que el film irradia violencia (en su mayoría gratuita) sin freno de principio a fin. Desde la primera secuencia, en el bar de carretera, en que la pareja de amantes, y asesinos, masacra a toda la gente del lugar hasta el sanguinario motín final en la cárcel.
La película trata de ser un reflejo, y crítica, de lo mal que está el sistema en Estados Unidos, representado por estas dos personas, víctimas de abusos en su infancia. Mallory es violada por su padre casi a diario, y Micky no tiene un buen recuerdo de su padre. Los dos ven en la violencia la manera de erradicar el mal y de ajusticiar a aquellos culpables que se lo merecen, que, según Micky, son todas las personas.
Ambos personajes adquieren un comportamiento anárquico contra la sociedad, a la que deciden juzgar a base de disparos.
Son los Bonnie and Clyde del mundo de los serial killers. Se aman con locura y organizan verdaderas orgías de disparos y sangre.
Los medios de comunicación están muy presentes en la trama, representados con una mirada crítica. Lo que vende es el morbo, la violencia. Micky y Mallory son la personificación de esas palabras y por tanto las estrellas nº1 de la televisión, con toda una legión de fans a sus espaldas.
Dejando a parte el argumento del film y lo que intenta explicarnos, hay que reconocer que es una experiencia visual demoledora.
Stone rueda de manera frenética, mezclando todo tipo de recursos y atmósferas, desde Blanco y Negro, hasta estética videoclip y Dibujos Animados, e introduciendo imágenes subliminales durante todo el metraje. La cámara apenas está estable, casi todos los planos están inestables, al igual que los protagonistas.
También utiliza varios recursos televisivos. En el flashback que explica cómo se conocieron Micky y Mallory, nos lo presenta como un programa de humor, en que se escuchan las risas del público. Mientras que cuando los medios los graban, la imagen aparece como un documental o informativo.
Según dicen algunas lenguas, Stone rodó la gran mayoría del film bajo los efectos de las drogas, cosa que no me extrañaría en más de una ocasión, cómo pueden ser los momentos psicodélicos en el desierto con los protagonistas mirando las estrellas, o en la cabaña del indio. En estos tramos uno recuerda el anterior film del director, “The Doors”, y ve semejanzas entre estas secuencias mencionadas y cuando Jim Morrison hace su viaje por el desierto (serpiente de cascabel incluida) en la biografía del grupo musical.
El guión del film está firmado por Stone, David Veloz y Richard Rutowski. Sin embargo la idea original del film es de Quentin Tarantino que renegó del resultado final del film, pues Stone, según sus palabras, no supo reflejar bien lo que él tenía en mente. A pesar de que el resultado final no fue el deseado por Tarantino, si se pueden reconocer ciertos rasgos comunes del director. La acción comienza en un bar de carretera como “Pulp Fiction” o “Abierto hasta el amanecer”; el personaje de Micky siente locura por las piernas de Mallory, parte característica de las féminas por las que siente fetichismo Quentin. La Banda Sonora del film es una maravilla, una selección de canciones de distintas épocas, cosa habitual también en el cine Tarantiniano. Y, por supuesto, la violencia que desprende el film. El berenjenal de tiros y vísceras que salpican la pantalla, muy habitual en el cine del director. A pesar de ello, negó su participación en el film, pues él tenía pensado algo más salvaje y serio (¡¡¡!!!).
Micky y Mallory tienen los rostros de Woody Harrelson y Juliette Lewis, quienes después tuvieron una carrera más bien dislocada. A pesar de bordar sus personajes de manera magistral, ambos tuvieron que cargar con la sombra de los asesinos. Harrelson tardó en encontrar buenos papeles que le quitarán la etiqueta de chico malo, y Lewis ya estaba flirteando con las drogas y dando una imagen de chica mala que se salta las normas.
Les acompañan Robert Downey Jr. como el presentador del programa que les convierte en estrellas, Wayne Gaile, y que renacerá gracias a Micky. Tommy Lee Jones como el alcaide Dwight, algo histriónico, que tendrá un final algo desagradable. Tom Sizemore como el agente Scagnetti, obsesionado con el cuello de las mujeres.
Es curioso comprobar, viendo el reparto, que tanto Lewis como Downey y Sizemore (que repetiría con ella en “Días Extraños) fueran coleguillas y tuvieran altercados con la policía por problemas con drogas tras esta película.
Película en donde la abundante violencia suele ser gratuita, pero que no deja de ser un espectáculo visual.
6/10
Polémica y bestial película de Oliver Stone que causó todo un revuelo en su estreno, allá por el año 1994. Y es que el film irradia violencia (en su mayoría gratuita) sin freno de principio a fin. Desde la primera secuencia, en el bar de carretera, en que la pareja de amantes, y asesinos, masacra a toda la gente del lugar hasta el sanguinario motín final en la cárcel.
La película trata de ser un reflejo, y crítica, de lo mal que está el sistema en Estados Unidos, representado por estas dos personas, víctimas de abusos en su infancia. Mallory es violada por su padre casi a diario, y Micky no tiene un buen recuerdo de su padre. Los dos ven en la violencia la manera de erradicar el mal y de ajusticiar a aquellos culpables que se lo merecen, que, según Micky, son todas las personas.
Ambos personajes adquieren un comportamiento anárquico contra la sociedad, a la que deciden juzgar a base de disparos.
Son los Bonnie and Clyde del mundo de los serial killers. Se aman con locura y organizan verdaderas orgías de disparos y sangre.
Los medios de comunicación están muy presentes en la trama, representados con una mirada crítica. Lo que vende es el morbo, la violencia. Micky y Mallory son la personificación de esas palabras y por tanto las estrellas nº1 de la televisión, con toda una legión de fans a sus espaldas.
Dejando a parte el argumento del film y lo que intenta explicarnos, hay que reconocer que es una experiencia visual demoledora.
Stone rueda de manera frenética, mezclando todo tipo de recursos y atmósferas, desde Blanco y Negro, hasta estética videoclip y Dibujos Animados, e introduciendo imágenes subliminales durante todo el metraje. La cámara apenas está estable, casi todos los planos están inestables, al igual que los protagonistas.
También utiliza varios recursos televisivos. En el flashback que explica cómo se conocieron Micky y Mallory, nos lo presenta como un programa de humor, en que se escuchan las risas del público. Mientras que cuando los medios los graban, la imagen aparece como un documental o informativo.
Según dicen algunas lenguas, Stone rodó la gran mayoría del film bajo los efectos de las drogas, cosa que no me extrañaría en más de una ocasión, cómo pueden ser los momentos psicodélicos en el desierto con los protagonistas mirando las estrellas, o en la cabaña del indio. En estos tramos uno recuerda el anterior film del director, “The Doors”, y ve semejanzas entre estas secuencias mencionadas y cuando Jim Morrison hace su viaje por el desierto (serpiente de cascabel incluida) en la biografía del grupo musical.
El guión del film está firmado por Stone, David Veloz y Richard Rutowski. Sin embargo la idea original del film es de Quentin Tarantino que renegó del resultado final del film, pues Stone, según sus palabras, no supo reflejar bien lo que él tenía en mente. A pesar de que el resultado final no fue el deseado por Tarantino, si se pueden reconocer ciertos rasgos comunes del director. La acción comienza en un bar de carretera como “Pulp Fiction” o “Abierto hasta el amanecer”; el personaje de Micky siente locura por las piernas de Mallory, parte característica de las féminas por las que siente fetichismo Quentin. La Banda Sonora del film es una maravilla, una selección de canciones de distintas épocas, cosa habitual también en el cine Tarantiniano. Y, por supuesto, la violencia que desprende el film. El berenjenal de tiros y vísceras que salpican la pantalla, muy habitual en el cine del director. A pesar de ello, negó su participación en el film, pues él tenía pensado algo más salvaje y serio (¡¡¡!!!).
Micky y Mallory tienen los rostros de Woody Harrelson y Juliette Lewis, quienes después tuvieron una carrera más bien dislocada. A pesar de bordar sus personajes de manera magistral, ambos tuvieron que cargar con la sombra de los asesinos. Harrelson tardó en encontrar buenos papeles que le quitarán la etiqueta de chico malo, y Lewis ya estaba flirteando con las drogas y dando una imagen de chica mala que se salta las normas.
Les acompañan Robert Downey Jr. como el presentador del programa que les convierte en estrellas, Wayne Gaile, y que renacerá gracias a Micky. Tommy Lee Jones como el alcaide Dwight, algo histriónico, que tendrá un final algo desagradable. Tom Sizemore como el agente Scagnetti, obsesionado con el cuello de las mujeres.
Es curioso comprobar, viendo el reparto, que tanto Lewis como Downey y Sizemore (que repetiría con ella en “Días Extraños) fueran coleguillas y tuvieran altercados con la policía por problemas con drogas tras esta película.
Película en donde la abundante violencia suele ser gratuita, pero que no deja de ser un espectáculo visual.
6/10
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