frikigalactico

martes, enero 16, 2007

The Prestige, de Christopher Nolan

Robert Angier y Alfred Borden son amigos que se dedican a espectáculos de magia. Tras una tragedia sucedida en una actuación que están realizando, ambos se distanciarán y comenzarán una lucha por demostrar cuál de los dos es mejor mago.

La filmografía de Christopher Nolan está llena de personajes atormentados y obsesionados. Un hombre que busca al asesino de su esposa; un policía marcado por un hecho ocurrido en el pasado; un hombre que se disfraza de murciélago para combatir el mal de su ciudad y borrar sus demonios interiores.
En su última película (y a la espera de la nueva de Batman, “The Dark Night”), Nolan nos cuenta la historia de rivalidad que se traen dos magos, anteriormente amigos y compañeros, sin olvidar del perfil anteriormente mencionado, que aquí eleva al cuadrado.

Lo que vamos a contemplar no es sino un combate entre dos personas obsesionadas en demostrar que el uno es mejor que el otro. Mientras para Alfred Borden cada truco, cada actuación, debe ser novedosa, original, arriesgada, algo nunca visto, para Robert Angier lo importante es la puesta en escena, sorprender al público y atraparlo aunque sea con un truco de sobra conocido.
Sin embargo, algo cambiará cuando Borden presenté su último espectáculo, “el hombre transportable”, en donde conseguirá algo nunca antes visto. A partir de ese momento Angier se obsesionará en averiguar cómo ha conseguido realizarlo para, cuando lo descubra, perfeccionarlo.
Ambos personajes son una cara de la misma moneda, quieren lo mismo pero por distintos métodos, lo único que les diferencia (parece ser, pues nunca queda claro) es el rango social, Borden parece de clase media-baja, mientras Angier parece representar a un caballero inglés. Para Borden conseguir realizar los trucos que se propone es lo que marca su vida, mientras que Angier quiere superarle por venganza, aunque sea robándole los trucos, para demostrarle que no es tan buen mago como dice, pues no se trata del truco sino de cómo se presenta ante el público. Personalidades conflictivas, obsesivas, complejas, que enfrentadas parecen no detenerse hasta que uno de los dos caiga.

Haciendo una comparación con la vida actual, y apartando la temática de la magia, la rivalidad que plantea el film no es muy diferente a la rivalidad que pueden llegar a tener dos buenos amigos por un puesto de trabajo. Esa es una de las mejores bazas del film, habla de rivalidad llevándola a extremos que dan miedo, pero que sin embargo pueden llevarse a la realidad. Si viéramos la película como una simple propuesta de magia saldríamos muy satisfechos, pero tras ella se encuentra una lectura actual sobre la superación y el demostrar que uno es mejor que otro. Claro que dicha afirmación es muy atrevida, pues Anger y Bolden son igual de buenos realizando trucos, al igual que pueden ser igual de buenos dos estudiantes que se están preparando unas oposiciones, pero al final solo es seleccionado uno. ¿Por qué? Sencillamente, no porque uno sepa más que el otro, sino porque uno de los dos ha demostrado exponiendo sus conocimiento su capacidad para desarrollarlo mucho mejor, consiguiendo un resultado sobresaliente, frente al otro aceptable, aunque previsible.

Y ahora, para analizar un poco la película, haré la comparación cinematográfica: ¿“The Illusionist” o “The Prestige”? Hablamos de dos películas con la temática de los magos como telón de fondo y que juegan con los mismo elementos a la hora de desarrollar la trama. Ambas comienzan con el supuesto final que da paso a un flashback que nos descubre como se ha llegado a esa situación, y que termina con una (supuesta) sorpresa final. Eso en lo que respecta al esquema, ahora bien, mientras la cinta de Neil Buttler se detenía en contarnos la historia de amor previsible pero con factura elegante, la de Nolan nos narra la lucha entre ambos personajes de manera emocional, con saltos constantes entre el presente y el futuro (todo ello mediante el inteligente uso de los diarios), y no lo hace precisamente para marear al espectador, sino para realizar un truco mucho mejor pensado y realizado que el de Buttler, pues Nolan está dando los pasos que se citan al principio de su cinta, y que nos llevan al título del film (y no al horroroso de nuestro país que me niego escribir). Todo truco tiene tres pasos, la presentación en que se nos muestra a los personajes, la actuación en que se nos narra que pasó, y el prestigio en donde se realiza lo inesperado y con lo que se consigue el aplauso del público. Este último paso queda algo previsible en “The Prestige”, tanto como Nolan quiere que quede, pues nos está dando pistas desde el primer fotograma intencionadamente, sin ocultarnos información, para al final deleitarnos con su verdadera sorpresa, que no radica en un juego de magia, sino en un juego de personalidades. Y es que “The Prestige” es la historia de estos dos hombres que se odian, y no hay mejor truco que jugar con las psicologías de cada uno, consiguiendo giros y cambios constantes en su personalidad, de tal forma que no sabes que esperar.
Dicho esto, he de decir que, a pesar de la elegancia de “The Illusionist”, me quedo con “The Prestige”.

Conseguir que una película tan compleja cómo es “The Prestige” no decaiga ni aburra en ningún momento se lo debemos en gran parte a su director, Christopher Nolan, no solo por su sabia dirección, sino por haberse rodeado de buenos profesionales que lleven a cabo su visión sobre el libro de Christopher Priest. Su hermano Jonathan escribe el guión junto con él (y me alegra decir que también lo hará en “The Dark Night”). La ambientación en la Inglaterra victoriana está cuidada al detalle en cada momento, al igual que las actuaciones de magia que ocurren a lo largo del film.
Una de las pegas que le pongo a nivel de producción es la música, pues la película carece de una composición acorde con el film. Hubiera venido muy bien la colaboración de Hans Zimmer, que tan buena música elaboró para Nolan en la nueva de Batman.
Sobre el montaje, es correcto, mucho mejor que el de “Batman Begins”, aunque con algún cambio brusco repentino. Como antes he cita me gusta mucho la estructura a base de saltos en el tiempo, pues coincide con la lectura de los diarios por parte de cada uno de los protagonistas, mediante la cual se están conociendo el uno al otro.

El director ha vuelto a contar con dos rostros de “Batman Begins” como son Christian Bale y Michael Caine. De Bale he de decir que en algún momento me recordaba bastante a su interpretación de Bruce Wayne, sin embargo, gracias a la riqueza psicológica de su personaje, consigue una interpretación misteriosa acorde con Alfred Borden. Michael Caine interpreta a Cutter, el artesano que fabrica los trucos para Robert Angier. Su presencia basta para llenar la pantalla en sus breves minutos. Sin embargo la gran sorpresa del film es Hugh Jackman, que gracias al papel de Robert Angier ha conseguido quitarse la etiqueta de “Wolverine” que le llevaba colgando. Jackman realiza una interpretación portentosa, con cambios constantes, expresándonos la obsesión de Angier por superar a Borden. El elenco femenino está por estar, ya que ninguno de los personajes femeninos está plenamente desarrollado. Rebecca Hall sería la más importante como la mujer de Borden, quien se pregunta los repentinos cambios de actitud de su esposo cuando habla de magia, cómo si ella le importará bien poco. Scarlett Johansson está simplemente de relleno, pues su papel bien podría haber sido suprimido. Piper Perabo aparece breves minutos como la mujer de Angier. Mencionar la intervención de David Bowie cómo el misterioso científico Nikola Tesla, y de Andy Serkins como su ayudante Alley.

A pesar de todo este elenco, y de que el film parece que haya costado una barbaridad, he de decir que se puede considerar como una pequeña co-producción entre dos majors como son Warner y Disney (Touchstone) y una compañía independiente (Newmarket).

Notable película, que demuestra cómo calidad y comercialidad pueden ir de la mano si tras la cámara está la persona adecuada.
7,5/10

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Comentaré las tres para no ser pesado:
La primera: Sin duda la mejor. Es cierto que el reparto podía ser mejor. Anjela Basset era la perfecta Tormenta. Mayor que la Berry, con un aspecto más duro y mucho más africano. De todas maneras para lo que quedó el personaje... La peluca que le pusieron a la Berry era de mercadillo de lo peor. El otro personaje controvertido fue Pícara. Yo también soy fan de la Paquin y me alegré que resucitara para el cine, pero por Dios, mezclar a Pícara con Júbilo era de juzgado de guardia. La "gracia" de Pícara es que estando tremendamente buena es virgen "gracias" a sus poderes. El ponerla tan joven hace que pierda demasiado. El resto del reparto es muy acertado aunque se note mucho que Jean Gray sea mucho mayor que Cíclope. Con todo una buena adaptación.
La segunda parte es mala, aburridad y sobre todo tremendamente vacía. Típica secuel de superhéroes.
En cuanto a la tercera es para suicidar a todos los que participaron. ¿Lobezno llorando? Los discursos de Tormenta son horribles. Hay más maneras de destacar en una peli que siendo la actriz con más frases, y más cuando esas frases no aportan nada. Por otro lado creo que deberían haberse quedado con una sola línes argumental. Una pisa a la otra y el exceso de mutantes despista demasiado. MUY MAL.
Por cierto ya que vas a hacer especiales sobre sagas te recomiendo la más digna hasta la fecha: Alien, y porque no Batman que sólo tiene dos malas. Un abrazo
ALEJANDRO

02:10  

Publicar un comentario

<< Home