Edward Wilson es un joven idealista que tras terminar sus estudios en Yale se incorpora a trabajar bajo el Gobierno de los Estados Unidos. Poco a poco, Wilson se ira introduciendo más en materia de espionaje y se convertirá en un hombre frío y calculador convirtiéndose en uno de los fundadores de una de las Agencias más poderosas del mundo: La CIA.
Si digo desde cuando esperaba esta película muchos no me creerían. Segunda película como director del gran Robert DeNiro, que ya debutó con la magnifica “Una Historia del Bronx”, y que aquí va un poco más allá en lo que a riesgo se refiere. Reconozco que fui con cierto miedo tras leer la mayoría de las críticas que dicen que es una película vacía, aburrida y extremadamente larga. Aún así, estando DeNiro detrás tenía cierta esperanza y no salí decepcionado, sino todo lo contrario.
Si lo que se nos quiere mostrar en el film es cómo funciona un alto mando de la CIA desde sus primeros pasos, no se puede negar que la película lo consigue. Vemos como el joven Wilson entra a formar parte de la sociedad secreta “Skulls and Bones” (no sé si ustedes se acordaran de esa película de Rob Cohen llamada “The Skulls”) a partir de la cual se forjaran amistades y enemistades; como mantendrá amistad con un agente del FBI; como traicionará a un profesor que luego será de vital importancia en su vida; como se casará contra su voluntad por haber cometido un pequeño desliz. A medida que Wilson vaya entrando en la telaraña del espionaje y se convierta en un profesional se irá distanciando de su familia y de los ideales que tenía en sus años de estudiante.
No es de extrañar que a mucha gente la película le parezca fría y distante, pues el personaje es así. En ningún momento se simpatiza con él, es un rostro de piedra que estudia cada movimiento, cada situación que lo rodea, un hombre que parece no tener conciencia más que para con su país.
Abarcar un periodo tan largo como pueden ser 22 años de la vida de un hombre resulta complicado, sin embargo el film posee un montaje a base de flashbacks que, si el espectador acepta entrar, consigue atraparnos y mantener nuestro interés. La película comienza en 1961 cuando a Wilson le entregan un sobre con una foto y una grabación, que serán investigadas por él y su equipo, pues en ellas pueden hallar al culpable por el cual la operación en Bahía de Cochinos fue un desastre, mientras tanto se alternarán varios flashbacks que nos llevarán a 1939, cundo Wilson estaba en Yale. Así transcurre todo el film, entre la investigación llevada a cabo en el 61 con los flashbacks que nos relatan la historia de cómo Edgard Wilson llegó a convertirse en un miembro tan vital para el contraespionaje de EE.UU.
La investigación sobre dicha fotográfia y grabación ya intrigan al espectador, sin embargo vemos otras cosas en pantalla que nos muestran el funcionamiento del mundo del espionaje como la infiltración en bando enemigo, saber tener ojos en todas partes y no confiar nuca en nadie. Wilson mantendrá una relación de rivalidad con su Némesis en Rusia tras la Seungda Guerra Mundial, Ulises.
En el ambiente sentimental Wilson apenas tiene complicidad con su esposa Clover, con quien solo tienen en común un hijo. EL amor de Wilson siempre ha sido Laura, una joven sorda que conoció en la Universidad, y por la que siempre se ha sentido atraído, sin embargo su nueva vida como agente le impide seguir viéndola.
La cantidad de información política que se nos da en pantalla es difícil digerirla, convirtiéndose en una película densa, pero no por ello decepcionante. El guionista Eric Roth, a quien le debemos los libretos de “Forrest Gump” o “Munich”, crea un thriller de espionaje internacional verdaderamente realista y con conversaciones a las cuales hay que estar muy atento. Esto no se trata de Jason Bourne (a pesar de compartir protagonista) ni James Bond, esto trata de ser tan real como puede. Así pues Wilson será la cabeza que envié a otras manos para hacer el trabajo sucio y que no le salpique.
Por supuesto, dicho guión, por muy brillante que pudiese ser, no serviría de nada si tras la cámara no estuviera una persona con mano firme e ideas claras que llevará el proyecto a buen puerto. DeNiro afronta la realización del film de manera brillante, sobria, extremadamente clásica, conteniendo momentos verdaderamente sublimes como el descubrimiento de la espía sin audífono o las muertes de personajes queridos para Wilson y su familia. A pesar de que se ha querido comparar a la película con “JFK” o “El Padrino II” no hay que equivocarse. De la primera será porque abarca tramas políticas dentro de Estados Unidos, y de la segunda porque el montaje es a base de flaschbaks, ya que “El Buen Pastor” no posee ni un ápice de épica ni de tragedia griega como si pudiera tener la Saga de Los Corleone. DeNiro crea una película fría, en donde las emociones quedan destapadas en leves secuencias, pero envueltas en esa coraza de hierro como puede ser la del protagonista, conocido como “frío”.
Rodeado de un equipo de primera como puede ser Robert Richardson en la excelente fotografía, An Roth en el vestuario o Jeannine Claudia Oppewal en la dirección artistica. Por no hablar del excelente y extenso reaprto (galardonado en Berlin como Contribución artistica) en donde Matt Damon personifica de manera fría y calculadora a Wilson, capaz de atrapar todo lo que le rodea tras el cristal de sus gafas y el cristal de una botella (sus barcos). Secundado perfectamente por John Turturro como la mano ejecutora de Wilson, Alec Baldwin como el enlace del FBI, Michael Gambon como el buen Profesor de Wilson, Billy Crudup como compañero en la agencia o William Hurt como jefe de Wilson. Angelina Jolie da vida a Clover, esposa de Wilson, quedando muy mal parada frente a Tammy Blanchard como Laura. A pesar de que casi todos los papeles quedan a la sombra de Damon en cuanto a importancia se refieren, y algunos muy desdibujados, tambien aparecen ya en muy menor medida Robert DeNiro como el Coronel Sullivan, Timothy Hutton como el padre de Edgard, y el gran Joe Pesci en colaboración especial para su amigo Bob.
A pesar de su excesivo minutaje (no le hubiera pasado nada recortarla 10 minutos) la película es una excelente muestra de thriller político de espionaje bien llevada a cabo apadrinada por Francis Ford Coppola, y donde DeNiro demuestra que tambien es grande tras la cámara.
7,5/10