El Camino de los Ingleses, de Antonio Banderas
Un verano a finales de los 70. Miguelito y sus amigos van a experimentar el amor, el dolor, y el descubrimiento de la madurez. Todos tienen ilusiones, sin embargo muy pocos serán los que encuentren lo que quieren.
La segunda película de Antonio Banderas cómo director, tras la interesante “Crazy in Alabama”, nos muestra un film muy personal y una visión única sobre el descubrimiento de uno mismo y el paso de la juventud a la madurez.
Miguelito es un joven que tras serle extirpado un riñón decide convertirse en poeta, todo gracias a un viejo que compartió habitación de hospital con él y le enseño a amar “La Divina Comedia”. En Luli verá su Beatriz, el amor platónico, la imagen de la perfección femenina y del amor puro. Sin embargo Luli también tiene sus sueños, quiere convertirse en bailarina. La relación entre ambos conducirá a Miguelito a un infierno del que no podrá escapar.
Paco Frontón es el amigo pijo rico de Miguelito. Odia a su padre y lo último que quiere es convertirse en él. Sin embargo, descubrirá que se parece a él más de lo que imagina y verá las cosas de otra forma cuando concluya su viaje. Su novia, La Cuerpo, es su alegría, su escape, pero duda que la quiera de verdad.
Babirusa es un niño abandonado. Su padre lo abandonó de pequeño, motivo por el cual lo odia, mientras que su madre se fue a Inglaterra comenzando allí otra vida. En su viaje a Inglaterra Babirusa cambiará cruzando la fina línea que separa la razón de la locura, transformándose en un ser sin alma ni ilusiones a su regreso. Él cruza el camino pero no lo anda, sencillamente lo visita para luego volver y convertirse en un ser conflictivo.
El Garganta es el que ve y narra la vida de estos amigos en aquel verano. Participa sin participar, testigo de los acontecimientos y visionario en el destino de los jóvenes. Su pasión es la radio, sabe que conseguirá trabajar en ella, solo le hace falta constancia y no rendirse. Él no se detiene en el camino, caminándolo día a día por su sueño.
Basándose en la novela homónima de Antonio Soler (también autor del guión) Banderas crea una película visual como pocas vistas en el reciente cine español. He de decir que no es fácil ver esta película, al contrario, es un film complicado, lleno de múltiples lecturas, poético, que transmite sensaciones, fascinante. Si bien es cierto que se excede en ser demasiado pretencioso y poético en más de una ocasión, no se puede negar que Banderas posee fuerza visual, y una gran inteligencia en la puesta en escena, influenciado sin duda por Almodóvar, tanto en el colorido de las ropas como en una leve referencia a “Hable con ella” en las secuencias de las clases de Ballet, Wong Kar-Wai y su “Deseando Amar”, o incluso conteniendo pequeños destellos de David Lynch como en los recuerdos de Miguelito en el quirófano (el principio de la película es apabullante por la fuerza de las imágenes) o del hombre que le descubrió la poesía y el mundo de Dante. Vi una pequeña similitud también con Michael Winterbotton y su “Wonderland” en el tramo en que Babirusa está en Londres.
Si hay un personaje principal desde el que se puede entender el film (cómo ya digo tiene multitud de lecturas) ese es Miguelito. Desde el principio en el quirófano en que Banderas nos deleita con la imagen de la operación del joven con el baile de una bailarina vestida de rojo sangre, la podríamos entender por el principio del amor del joven a la poesía y a la búsqueda de una musa, la cual estará relacionada con el mundo del Ballet. Cuando conoce a Luli, el joven la ve idílica, perfecta, su Beatriz soñada. Banderas nos muestra a Luli a través de Miguelito de manera onírica, a cámara lenta, como si de un sueño se tratara. Todo ello cambia desde que los jóvenes hacen el amor en casa de Paco, una secuencia violenta e incomoda, que cambia por completo a Miguelito, el cual dejara de ver a Luli como su ninfa, y experimentará un descenso a los infiernos en que tendrá a una profesora como su Virgilio personal. Lo que digo se ve en que cuando el chico está haciendo el amor con Luli la pantalla se impregna de rojo sangre y nos empiezan a aparecer imágenes surrealistas y repetitivas (Miguelito en la piscina).
Sin embargo el momento clave en que se ve cómo todos los amigos han cambiado y no volverán a ser lo que fueron es el momento de la lluvia. Secuencia fundamental en el film, no solo por lo bien dirigida que está sino por lo que ella representa, un bautismo bajo la lluvia de todos, a excepción de Miguelito que los contempla desde la terraza del bar, en que el agua limpia a todos de su pasado, borrando las huellas que dejaron, y convirtiéndolos en nuevas personas, unas personas que han olvidado sus sueños y se han perdido en el camino, apartándose de él.
Con respecto al guión y tratamiento de personajes he de decir que es el punto más flaco de la cinta, junto con la música. El guión de Soler no cuenta una historia concreta fácil de digerir, ni nos define muy bien muchos personajes que quedan desdibujados (la tía de Babirusa por ejemplo), lo cual hace que el espectador no se implique y llegue al aburrimiento e incomprensión. La música de Antonio Meliveo no es mala, pero si resulta aburrida y repetitiva en el film, sin aportar nada a las imágenes, salvo en contadas ocasiones.
Al contrario hay que destacar, junto con la dirección de Banderas, la sensacional fotografía de Xavi Giménez, con colores vivos y sensacionales encuadres (el que tiene Amarilla y Victoria Abril al final con la pantalla impregnada de blanco es memorable).
El elenco interpretativo está muy notorio. Empezando por los veteranos, Juan Diego cumple con su papel de padre autoritario de Paco, un vividor, un hombre que ha ocultado muchas cosas y que al final reconocerá su error enfrentándose a su hijo que no es sino él mismo; Victoria Abril también cumple y poco más, no sé por qué cada frase que dice, cada momento que aparece tenga que tener una importancia tremenda, he de decir que está muy conseguida su creación porque me daba pánico cada vez que salía en pantalla ya que me recordaba una profesora que tuve de pequeño. Ahora vamos a por los actores protagonistas. Alberto Amarilla está muy convincente como Miguelito, aunque le falta algo de vidilla; Raúl Arévalo es Babirusa, sin duda alguna el actor revelación de este año, esta interpretación, junto a la de “Azuloscurocasinegro” hace que merezca todos los elogios por su gran talento a la hora de no desaprovechar ni una frase, su secuencia con Amarilla en que quema sus posters es memorable; Félix Gómez es el pijo Paco, correcto también, el actor sabe sacar partido en las secuencias con Juan Diego; María Ruiz crea a Luli, la imagen de la perfección femenina para miguelito, consiguiendo una interpretación sutil, dulce y muy dramática en el tramo final, una de las jóvenes actrices a destacar. A destacar para mi sopresa a Fran Perea como El Garganta, voz narradora de los acontecimientos, que el actor sabiamente construye centrándose en su voz. El elenco lo completan Marta Nieto como La Cuerpo, Mario Casas como el más joven del grupo de amigos que solo piensa en el sexo, Antonio Garrido cómo Cardona, el vendedor de ropa interior fina que se encapricha con Luli; y Cuca Escribano cómo la tía de babirusa.
Miguelito es un joven que tras serle extirpado un riñón decide convertirse en poeta, todo gracias a un viejo que compartió habitación de hospital con él y le enseño a amar “La Divina Comedia”. En Luli verá su Beatriz, el amor platónico, la imagen de la perfección femenina y del amor puro. Sin embargo Luli también tiene sus sueños, quiere convertirse en bailarina. La relación entre ambos conducirá a Miguelito a un infierno del que no podrá escapar.
Paco Frontón es el amigo pijo rico de Miguelito. Odia a su padre y lo último que quiere es convertirse en él. Sin embargo, descubrirá que se parece a él más de lo que imagina y verá las cosas de otra forma cuando concluya su viaje. Su novia, La Cuerpo, es su alegría, su escape, pero duda que la quiera de verdad.
Babirusa es un niño abandonado. Su padre lo abandonó de pequeño, motivo por el cual lo odia, mientras que su madre se fue a Inglaterra comenzando allí otra vida. En su viaje a Inglaterra Babirusa cambiará cruzando la fina línea que separa la razón de la locura, transformándose en un ser sin alma ni ilusiones a su regreso. Él cruza el camino pero no lo anda, sencillamente lo visita para luego volver y convertirse en un ser conflictivo.
El Garganta es el que ve y narra la vida de estos amigos en aquel verano. Participa sin participar, testigo de los acontecimientos y visionario en el destino de los jóvenes. Su pasión es la radio, sabe que conseguirá trabajar en ella, solo le hace falta constancia y no rendirse. Él no se detiene en el camino, caminándolo día a día por su sueño.
Basándose en la novela homónima de Antonio Soler (también autor del guión) Banderas crea una película visual como pocas vistas en el reciente cine español. He de decir que no es fácil ver esta película, al contrario, es un film complicado, lleno de múltiples lecturas, poético, que transmite sensaciones, fascinante. Si bien es cierto que se excede en ser demasiado pretencioso y poético en más de una ocasión, no se puede negar que Banderas posee fuerza visual, y una gran inteligencia en la puesta en escena, influenciado sin duda por Almodóvar, tanto en el colorido de las ropas como en una leve referencia a “Hable con ella” en las secuencias de las clases de Ballet, Wong Kar-Wai y su “Deseando Amar”, o incluso conteniendo pequeños destellos de David Lynch como en los recuerdos de Miguelito en el quirófano (el principio de la película es apabullante por la fuerza de las imágenes) o del hombre que le descubrió la poesía y el mundo de Dante. Vi una pequeña similitud también con Michael Winterbotton y su “Wonderland” en el tramo en que Babirusa está en Londres.
Si hay un personaje principal desde el que se puede entender el film (cómo ya digo tiene multitud de lecturas) ese es Miguelito. Desde el principio en el quirófano en que Banderas nos deleita con la imagen de la operación del joven con el baile de una bailarina vestida de rojo sangre, la podríamos entender por el principio del amor del joven a la poesía y a la búsqueda de una musa, la cual estará relacionada con el mundo del Ballet. Cuando conoce a Luli, el joven la ve idílica, perfecta, su Beatriz soñada. Banderas nos muestra a Luli a través de Miguelito de manera onírica, a cámara lenta, como si de un sueño se tratara. Todo ello cambia desde que los jóvenes hacen el amor en casa de Paco, una secuencia violenta e incomoda, que cambia por completo a Miguelito, el cual dejara de ver a Luli como su ninfa, y experimentará un descenso a los infiernos en que tendrá a una profesora como su Virgilio personal. Lo que digo se ve en que cuando el chico está haciendo el amor con Luli la pantalla se impregna de rojo sangre y nos empiezan a aparecer imágenes surrealistas y repetitivas (Miguelito en la piscina).
Sin embargo el momento clave en que se ve cómo todos los amigos han cambiado y no volverán a ser lo que fueron es el momento de la lluvia. Secuencia fundamental en el film, no solo por lo bien dirigida que está sino por lo que ella representa, un bautismo bajo la lluvia de todos, a excepción de Miguelito que los contempla desde la terraza del bar, en que el agua limpia a todos de su pasado, borrando las huellas que dejaron, y convirtiéndolos en nuevas personas, unas personas que han olvidado sus sueños y se han perdido en el camino, apartándose de él.
Con respecto al guión y tratamiento de personajes he de decir que es el punto más flaco de la cinta, junto con la música. El guión de Soler no cuenta una historia concreta fácil de digerir, ni nos define muy bien muchos personajes que quedan desdibujados (la tía de Babirusa por ejemplo), lo cual hace que el espectador no se implique y llegue al aburrimiento e incomprensión. La música de Antonio Meliveo no es mala, pero si resulta aburrida y repetitiva en el film, sin aportar nada a las imágenes, salvo en contadas ocasiones.
Al contrario hay que destacar, junto con la dirección de Banderas, la sensacional fotografía de Xavi Giménez, con colores vivos y sensacionales encuadres (el que tiene Amarilla y Victoria Abril al final con la pantalla impregnada de blanco es memorable).
El elenco interpretativo está muy notorio. Empezando por los veteranos, Juan Diego cumple con su papel de padre autoritario de Paco, un vividor, un hombre que ha ocultado muchas cosas y que al final reconocerá su error enfrentándose a su hijo que no es sino él mismo; Victoria Abril también cumple y poco más, no sé por qué cada frase que dice, cada momento que aparece tenga que tener una importancia tremenda, he de decir que está muy conseguida su creación porque me daba pánico cada vez que salía en pantalla ya que me recordaba una profesora que tuve de pequeño. Ahora vamos a por los actores protagonistas. Alberto Amarilla está muy convincente como Miguelito, aunque le falta algo de vidilla; Raúl Arévalo es Babirusa, sin duda alguna el actor revelación de este año, esta interpretación, junto a la de “Azuloscurocasinegro” hace que merezca todos los elogios por su gran talento a la hora de no desaprovechar ni una frase, su secuencia con Amarilla en que quema sus posters es memorable; Félix Gómez es el pijo Paco, correcto también, el actor sabe sacar partido en las secuencias con Juan Diego; María Ruiz crea a Luli, la imagen de la perfección femenina para miguelito, consiguiendo una interpretación sutil, dulce y muy dramática en el tramo final, una de las jóvenes actrices a destacar. A destacar para mi sopresa a Fran Perea como El Garganta, voz narradora de los acontecimientos, que el actor sabiamente construye centrándose en su voz. El elenco lo completan Marta Nieto como La Cuerpo, Mario Casas como el más joven del grupo de amigos que solo piensa en el sexo, Antonio Garrido cómo Cardona, el vendedor de ropa interior fina que se encapricha con Luli; y Cuca Escribano cómo la tía de babirusa.
Banderas ha creado una película propia, personal, hecha desde el corazón que ha regalado a los espectadores. Prefiero no puntuar esta película por ahora, ya que seguramente con un revisionado tenga otro punto de vista (repito que es un film que tiene múltiples lecturas), no obstante como bien digo no es fácil entrar en ella, el camino que nos muestra es un camino difícil pero que si se anda completamente uno se puede sentir algo más completo.
1 Comments:
Una verdadera mierda pedante grandilocuente y presuntuosa. Banderas sólo predica lo campechanpo en su vida doméstica. Victoria Abril podía haberse quedado en su casa porque vaya y vaya... Preferiría perder ambas piernas que volver a verla.
Alejandro
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