El Aviador, de Martin Scorsese
Howard Hughes es un importante magnate del mundo del cine que rueda su ambicioso film bélico “Ángeles del Infierno”. Pronto se empezará a obsesionar más por el mundo de la aviación y se convertirá en un innovador que ofrecerá al mundo nuevos medios de transporte aéreos.
A través de varios años (desde el inicio de rodaje de “Ángeles del Infierno” hasta el despegue del gran avión “Hércules”), seremos testigos de la vida que llevó Hughes durante esos años.
Ante todo era un hombre que quería lo mejor y más grande, ambicioso, sin importarle tirar el dinero hasta conseguir su objetivo. Tal fue el caso del rodaje de “Ángeles del infierno”. Magnifico inicio para el film, pues vamos a asistir a la historia de un hombre que quiere dar lo mejor al mundo pero que vive en lo que podríamos llamar el infierno (Hollywood). El rodaje duró más de dos años y se convirtió en la película más cara jamás rodada, se dice que llegó a rodar el combate aéreo con 28 cámaras (al menos en el film le pide a Jack Warner dos más cuando ya tiene 26). Causa de esto fue la obsesión de Howard Hughes por mostrar en pantalla la velocidad de los aviones, su ambición era tan grande que quería controlar el mismísimo cielo, para lo cual contrata a un meteorólogo que le consiga nubes y así poder mostrar en pantalla un combate verdaderamente real. Y no queda ahí la cosa, sino que cuando se realizo la fiesta de fin de rodaje y tras haberse gastado una inmensa fortuna en realizar el film, al excéntrico multimillonario se le ocurre volver a rodar la película íntegramente de nuevo pero con sonido (pues en aquel año hizo su aparición la película que marcaría el principio del cine sonoro: “The Jazz Singer”). El éxito del film fue arrasador y Hughes seguria realizando películas como director (“The Outlaw”) o como productor (el conocido título “Scarface” de Howard Hawks)
Tras el estreno de “Ángeles del Infierno”, Hughes se centro sobre todo en su otra gran pasión: la aviación. Firmando contratos con diferentes compañías, se hizo dueño de la TWA (TransWorldAirlanes) y fue el principal rival de la compañía de aviación más importante, la PanAm, presidida por Juan Tripe. Con su característica ambición, Hughes prometió a la armada norteamericana un avión gigantesco para trasladar a tropas en plena 2ª Guerra Mundial, sin embargo la falta de dinero y el fin de la guerra hicieron que Hughes fuera a los tribunales acusado de no cumplir ese contrato y de tirar el dinero de los contribuyentes. Soberbio el final cuando muestra que ese avión existe, bajo el nombre de “Hércules” y demuestra al mundo su potencia y tamaño. Además de empresario también pilotaba los aviones que fabricaba, consiguiendo el record de velocidad y teniendo un grave accidente que provoco quemaduras en un 80% de su cuerpo (salvaje como se muestra dicho accidente en pantalla).
El film también nos muestra el lado más turbio de Hughes, su manía obsesivo compulsiva de mantener todo limpio e higiénico. Su obsesión por contraer cualquier enfermedad es tal que tan solo tomará leche embotellada, llevará su propia pastilla de jabón a todos lados, su desconfianza hacía las personas que lo miren fijamente, no tocar objetos tocados por otra persona antes (incluidos pomos de puertas) y no permitirá que nadie toque su comida. Dicha manía fue iniciada por su madre, la cual lo bañaba varias veces al día, y le enseño una palabra que el multimillonario no olvidaría en su vida: Cuarentena. Si en cualquier momento contrae algo de suciedad o se siente enfermo deberá aislarse del mundo y encerrarse en una habitación. Inolvidable su exilio del mundo en su sala de visionado privada, con las imágenes de la pantalla (las batallas aéreas impregnadas de color rojo) reflejándose en su cuerpo mientras sufre.
Como todo buen magnate y hombre de negocios siempre estaba rodeado de mujeres hermosas, las cuales fueron causa de que apareciera en la prensa. De entre todas, dos marcaron su vida. En primer lugar, Katherine Hepburn, su verdadero amor, la única mujer a la que le permitió cosas que a nadie en el mundo permitiría (sensacional cuando le ofrece beber de su botella de leche). Entre ambos existirá juego, respeto, y una gran relación que la obsesión de él por conseguir sus objetivos irán desquebrajándola, además de la influencia de la prensa (que nunca es buena). Sin embargo, y tras su ruptura, Hughes la seguirá amando hasta tal punto de impedir la publicación de unas fotos embarazosas en que aparece ella junto a Spencer Tracy. La otra mujer que estuvo junto a él, más en calidad de amiga y amante que como amor, fue Ava Gardner. Será la única mujer que se enfrente a él y le diga las cosas a la cara (incluso le devuelve las bofetadas que le da), pero también la que estará junto a él en los momentos más necesitados (cuando pasa el accidente).
Biopic acertado de la mano del gran Scorsese, que rueda de manera magistral la que es su segunda gran superproducción tras “Gangs of New York”. Sus planos están perfectamente medidos colocando la cámara en su lugar justo, con utilización en varios momentos de contrapicados (Hughes tras el estreno; Juan Tripe hablando con Hughes a través de la puerta en una de las mejores secuencias del film; el vuelo del Hércules), y en más de una ocasión de travellings elegantes y certeros. Su virtuosismo a la hora de dar agilidad a la narración, ayudado de la sabia mano de su habitual colaboradora, la montadora Thelma Schoonmaker, es apabullante (ejemplos de ello es el estreno de “Ángeles del Infierno” en donde Hughes estará cubierto y ensordecido por los focos de las cámaras; el rodaje de la escena aérea, simplemente magistral; el accidente de Hughes). Además se nota cierto toque de ambición y la megalomanía en la puesta de escena de Scorsese a la hora de llevar a cabo el film, lo que le viene muy bien a la historia de un hombre que en todo momento fue ambicioso. La fotografía es maravillosa, emulando el technicolor de los años 40 y 50. De lo menos acertado quizás sea la Banda Sonora a cargo de Howard Shore, que realiza un trabajo muy similar a “Ed Wood”, llegando incluso a plagiarse a si mismo, aunque luegon introducen temas de la época que encajan como un guante.
El film está protagonizado por Leonardo DiCaprio, en lo que es su segunda colaboración con Scorsese (la primera fue “Gangs of New York” y pronto llegará la tercera, “The Departed”), componiendo un magistral retrato de Howard Hughes, un personaje trágico, enfermo en determinados momentos, ambicioso y prepotente, pero que en el fondo es una buena persona que quiere lo mejor para su país, un hombre que teniendo todo y estando rodeado continuamente por su gente, en el fondo no tiene nada más que a sí mismo. La mejor interpretación de DiCaprio, en mi opinión junto a “¿A quién ama Gilbert Grape?” y “Atrápame si puedes”. Cate Blanchett sorprende y deja atonito al personal como Kate Hepburn, aunque fisicamente no se parezca, capta a la perfección los movimientos y la voz de la actriz hasta transformarse literalmente en ella. Kate Beckinsale da glamour y belleza a Ava Gardner. Magnifiacamente secundados por John C. Reilly que da vida al consejero y amigo de Howard Hughes, Noah Dietrich; Ian Holm es el meteorologo Fitz; Alan Alda el Senador Brewster; Alec Baldwin como el rival de Hughes, Juan Tripe; Jude Law en el breve papel de Errol Flyn (magnifico el momento en que se levanta en una sala de fiestas y empieza una pelea, muy propio del actor según cuentan); y Willem Dafoe como el fotógrafo Roland Sweet.
La película esta producida por DiCaprio, el cual le llevaba dando vueltas al proyecto desde hacía años, y Michael Mann, que fue uno de los primero en sonar como director quedando finalmente como productor. El guión corre a cargo de John Logan (Gladiator). Estuvo nominada a 10 Oscars, consiguiendo 5, entre los que estaban Mejor Secundaria (Blachett) y Mejor Fotografía, pero volviendo a perder el maestro Scorsese (¿Cuando le van a dar su merecido Oscar?).
Haciendo referencias a otras películas del estilo cito dos: “El último magnate” de Elia Kazan por mostrar los ambientes de Hollywood y la vida de un productor de cine (DeNiro) en la edad dorada de Hollywood; y “Tucker: un hombre y su sueño” de Francis Ford Coppola, por hablar también de un hombre que quiso dar al mundo un modo mejor de viajar en coche, incluso en el film aparece también el personaje de Howard Hughes.
Notable film sobre uno de los hombres que más importancia tuvo no solo en el cine, sino a la hora de innovar en la industria aérea. Una cuidada superproducción llevada a cabo con mano maestra por parte de Martin Scorsese.
A través de varios años (desde el inicio de rodaje de “Ángeles del Infierno” hasta el despegue del gran avión “Hércules”), seremos testigos de la vida que llevó Hughes durante esos años.
Ante todo era un hombre que quería lo mejor y más grande, ambicioso, sin importarle tirar el dinero hasta conseguir su objetivo. Tal fue el caso del rodaje de “Ángeles del infierno”. Magnifico inicio para el film, pues vamos a asistir a la historia de un hombre que quiere dar lo mejor al mundo pero que vive en lo que podríamos llamar el infierno (Hollywood). El rodaje duró más de dos años y se convirtió en la película más cara jamás rodada, se dice que llegó a rodar el combate aéreo con 28 cámaras (al menos en el film le pide a Jack Warner dos más cuando ya tiene 26). Causa de esto fue la obsesión de Howard Hughes por mostrar en pantalla la velocidad de los aviones, su ambición era tan grande que quería controlar el mismísimo cielo, para lo cual contrata a un meteorólogo que le consiga nubes y así poder mostrar en pantalla un combate verdaderamente real. Y no queda ahí la cosa, sino que cuando se realizo la fiesta de fin de rodaje y tras haberse gastado una inmensa fortuna en realizar el film, al excéntrico multimillonario se le ocurre volver a rodar la película íntegramente de nuevo pero con sonido (pues en aquel año hizo su aparición la película que marcaría el principio del cine sonoro: “The Jazz Singer”). El éxito del film fue arrasador y Hughes seguria realizando películas como director (“The Outlaw”) o como productor (el conocido título “Scarface” de Howard Hawks)
Tras el estreno de “Ángeles del Infierno”, Hughes se centro sobre todo en su otra gran pasión: la aviación. Firmando contratos con diferentes compañías, se hizo dueño de la TWA (TransWorldAirlanes) y fue el principal rival de la compañía de aviación más importante, la PanAm, presidida por Juan Tripe. Con su característica ambición, Hughes prometió a la armada norteamericana un avión gigantesco para trasladar a tropas en plena 2ª Guerra Mundial, sin embargo la falta de dinero y el fin de la guerra hicieron que Hughes fuera a los tribunales acusado de no cumplir ese contrato y de tirar el dinero de los contribuyentes. Soberbio el final cuando muestra que ese avión existe, bajo el nombre de “Hércules” y demuestra al mundo su potencia y tamaño. Además de empresario también pilotaba los aviones que fabricaba, consiguiendo el record de velocidad y teniendo un grave accidente que provoco quemaduras en un 80% de su cuerpo (salvaje como se muestra dicho accidente en pantalla).
El film también nos muestra el lado más turbio de Hughes, su manía obsesivo compulsiva de mantener todo limpio e higiénico. Su obsesión por contraer cualquier enfermedad es tal que tan solo tomará leche embotellada, llevará su propia pastilla de jabón a todos lados, su desconfianza hacía las personas que lo miren fijamente, no tocar objetos tocados por otra persona antes (incluidos pomos de puertas) y no permitirá que nadie toque su comida. Dicha manía fue iniciada por su madre, la cual lo bañaba varias veces al día, y le enseño una palabra que el multimillonario no olvidaría en su vida: Cuarentena. Si en cualquier momento contrae algo de suciedad o se siente enfermo deberá aislarse del mundo y encerrarse en una habitación. Inolvidable su exilio del mundo en su sala de visionado privada, con las imágenes de la pantalla (las batallas aéreas impregnadas de color rojo) reflejándose en su cuerpo mientras sufre.
Como todo buen magnate y hombre de negocios siempre estaba rodeado de mujeres hermosas, las cuales fueron causa de que apareciera en la prensa. De entre todas, dos marcaron su vida. En primer lugar, Katherine Hepburn, su verdadero amor, la única mujer a la que le permitió cosas que a nadie en el mundo permitiría (sensacional cuando le ofrece beber de su botella de leche). Entre ambos existirá juego, respeto, y una gran relación que la obsesión de él por conseguir sus objetivos irán desquebrajándola, además de la influencia de la prensa (que nunca es buena). Sin embargo, y tras su ruptura, Hughes la seguirá amando hasta tal punto de impedir la publicación de unas fotos embarazosas en que aparece ella junto a Spencer Tracy. La otra mujer que estuvo junto a él, más en calidad de amiga y amante que como amor, fue Ava Gardner. Será la única mujer que se enfrente a él y le diga las cosas a la cara (incluso le devuelve las bofetadas que le da), pero también la que estará junto a él en los momentos más necesitados (cuando pasa el accidente).
Biopic acertado de la mano del gran Scorsese, que rueda de manera magistral la que es su segunda gran superproducción tras “Gangs of New York”. Sus planos están perfectamente medidos colocando la cámara en su lugar justo, con utilización en varios momentos de contrapicados (Hughes tras el estreno; Juan Tripe hablando con Hughes a través de la puerta en una de las mejores secuencias del film; el vuelo del Hércules), y en más de una ocasión de travellings elegantes y certeros. Su virtuosismo a la hora de dar agilidad a la narración, ayudado de la sabia mano de su habitual colaboradora, la montadora Thelma Schoonmaker, es apabullante (ejemplos de ello es el estreno de “Ángeles del Infierno” en donde Hughes estará cubierto y ensordecido por los focos de las cámaras; el rodaje de la escena aérea, simplemente magistral; el accidente de Hughes). Además se nota cierto toque de ambición y la megalomanía en la puesta de escena de Scorsese a la hora de llevar a cabo el film, lo que le viene muy bien a la historia de un hombre que en todo momento fue ambicioso. La fotografía es maravillosa, emulando el technicolor de los años 40 y 50. De lo menos acertado quizás sea la Banda Sonora a cargo de Howard Shore, que realiza un trabajo muy similar a “Ed Wood”, llegando incluso a plagiarse a si mismo, aunque luegon introducen temas de la época que encajan como un guante.
El film está protagonizado por Leonardo DiCaprio, en lo que es su segunda colaboración con Scorsese (la primera fue “Gangs of New York” y pronto llegará la tercera, “The Departed”), componiendo un magistral retrato de Howard Hughes, un personaje trágico, enfermo en determinados momentos, ambicioso y prepotente, pero que en el fondo es una buena persona que quiere lo mejor para su país, un hombre que teniendo todo y estando rodeado continuamente por su gente, en el fondo no tiene nada más que a sí mismo. La mejor interpretación de DiCaprio, en mi opinión junto a “¿A quién ama Gilbert Grape?” y “Atrápame si puedes”. Cate Blanchett sorprende y deja atonito al personal como Kate Hepburn, aunque fisicamente no se parezca, capta a la perfección los movimientos y la voz de la actriz hasta transformarse literalmente en ella. Kate Beckinsale da glamour y belleza a Ava Gardner. Magnifiacamente secundados por John C. Reilly que da vida al consejero y amigo de Howard Hughes, Noah Dietrich; Ian Holm es el meteorologo Fitz; Alan Alda el Senador Brewster; Alec Baldwin como el rival de Hughes, Juan Tripe; Jude Law en el breve papel de Errol Flyn (magnifico el momento en que se levanta en una sala de fiestas y empieza una pelea, muy propio del actor según cuentan); y Willem Dafoe como el fotógrafo Roland Sweet.
La película esta producida por DiCaprio, el cual le llevaba dando vueltas al proyecto desde hacía años, y Michael Mann, que fue uno de los primero en sonar como director quedando finalmente como productor. El guión corre a cargo de John Logan (Gladiator). Estuvo nominada a 10 Oscars, consiguiendo 5, entre los que estaban Mejor Secundaria (Blachett) y Mejor Fotografía, pero volviendo a perder el maestro Scorsese (¿Cuando le van a dar su merecido Oscar?).
Haciendo referencias a otras películas del estilo cito dos: “El último magnate” de Elia Kazan por mostrar los ambientes de Hollywood y la vida de un productor de cine (DeNiro) en la edad dorada de Hollywood; y “Tucker: un hombre y su sueño” de Francis Ford Coppola, por hablar también de un hombre que quiso dar al mundo un modo mejor de viajar en coche, incluso en el film aparece también el personaje de Howard Hughes.
Notable film sobre uno de los hombres que más importancia tuvo no solo en el cine, sino a la hora de innovar en la industria aérea. Una cuidada superproducción llevada a cabo con mano maestra por parte de Martin Scorsese.
8/10
2 Comments:
Muy buena critica.
Sin duda, El aviador supone una de las mejores pelis de Marty de los últimos años, aunque a nivel inferior de obras anteriores al director.
Y si, Hughes padecia TOC, que justamente en esa época no estaba del todo estudiado y simplemente se le tachó de loco.
Un saludo
Es una gran superproducción, muy bien realizada por Scorsese. A ver lo que nos encontramos en "The Departed".
Saludos.
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