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viernes, septiembre 29, 2006

Dracula de Bram Stoker, de Francis Ford Coppola

Johnathan Harker es mandado a Transilvania para visitar al misterioso Conde Drácula y venderle una propiedad en Londres. En su estancia el joven descubrirá que su anfitrión es un vampiro, una criatura diabólica de la noche, pero no podrá hacer nada para impedirle ir a Londres, quedando él cautivo. A su llegada a Londres, Drácula sentirá un deseo hacia Mina, la prometida de Harker, y comenzará a matar a todo el que se ponga en su camino para impedirselo, como el viejo profesor Van Helsing.
Ópera erotico-sangrienta sobre el amor
La película no es sino un festín para los sentidos en donde se dan lugar el sexo (lujuria), el terror, y el amor en todo su esplendor, consiguiendo así la más fidedigna adaptación de cuantas se han realizado de la novela de Stoker (junto con Nosferatu de Murnau, como el mismo director menciona).
Para comentar la obra de Coppola iré diseccionando cual profesor Van Helsing los momentos más relevantes del film.

-Prologo: la película comienza con una introducción al personaje de Drácula, conocido como el príncipe Vlad, mediante la voz en off de Van Helsing (cosa a tener en cuenta como posteriormente comentaré). En al año 1462 Constantinopla había caído poniendo en peligro la cristiandad, fiel reflejo de esto es el plano de la cruz cayendo y rompiéndose en pedazos. De Rumania aparece la última esperanza, un caballero de la orden del dragón (Dracul) que lucha en nombre de Dios y será su defensor en la tierra, el brazo armado de Drácula aparece por primera vez sobre el mapa forjando su espada. El caballero, tras despedirse de su amada Elizabetha, parte a la batalla. Coppola nos muestra la guerra bañada por fuego y un cielo rojo sangre (muy habitual a lo largo del film), con las figuras de los soldados a contraluz, en especial la de Drácula empalando a un soldado, con la música de Kilar in crescendo de coros apocalípticos. La escena concluye con un sinfín de enemigos clavados en lanzas y Drácula besando la cruz de la iglesia y recordando a su amada. A su regreso descubre que Elizabetha se ha tirado al río y ha muerto, magistralmente planificada y volviendo a utilizar la voz en off de ella, su reflejo en la carta mientras relata los hechos y se ve caer es poética, con un leve coro acompañando el momento. El alma de ella no tiene salvación, está condenada. Lleno de ira, el príncipe rumano renuncia a Dios clavando su espada en medio de la cruz de la cual brotará sangre incesante. Cogiendo un cáliz, Drácula bebe la sangre, “La sangre es la vida” sentencia. La secuencia es una autentica sinfonía trágica con la capilla sangrando y Drácula atormentado tras haber renunciado a su alma y condenándose a vagar en las tinieblas, frente al cadáver de su amada. Un inicio absolutamente impactante y sobrecogedor que nos atrapa. ¡Y solo es el prologo que dura 5 minutos!

-Londres 1897: Tras el impresionante prólogo Coppola nos traslada a un Londres cubierto por la niebla, y más concretamente al asilo Carfax en donde nos presentará a Renfield, un hombre desequilibrado, doblegado por el señor de las tinieblas y que se alimenta mediante insectos. El director nos lo presenta con un plano fijo en picado, mostrándonos su bajeza ante su señor. Posteriormente nos presentará a dos de los más importantes personajes, Johnathan Harker y su prometida Mina (personaje clave del film). Pareja de amantes que quiere casarse una vez él tenga un lugar destacado en la empresa para la que trabaja, la cual lo envía a cerrar el trato que comenzó Renfield en Transilvania de una venta de propiedad para el Conde Drácula. Mientras Mina se mueve por la pasión y el amor, su prometido Johnathan quiere una relación mucho más formal. La hermosa e idílica escena entre ambos se cierra con unas plumas de avestruz tapándonos la vista de los amantes y realizando con la mancha de una pluma un encadenado (recurso frecuente en el film) con la salida hacía el exterior de un túnel, transportándonos a los Carpatos, con la música evolucionando a una melodía inquietante.

-Harker y Drácula: Aquí nos encontramos con una clara referencia a la novela de Stoker, el uso de los diarios, durante su viaje y posterior estancia Harker nos irá relatando sus vivencias. A medida que se va acercando a su destino en el tren el cielo se sonroja cada vez más apareciendo en él los ojos de Drácula (Coppola nos advierte que el mal está al acecho). Su llegada al camino de Borgo es un homenaje al film de 1922 de Murnau. Harker baja del carruaje, con sus acompañantes deseándole buena suerte y que Dios le acompañe (una gitana le da un crucifijo). El momento en que se queda solo es escalofriante, con una tenebrosa ambientación y lobos merodeando (al igual que en Nosferatu). No menos escalofriante y fantasmagórico es la aparición del carruaje que recoge al joven, entre la neblina, lentamente, llevado por caballos negros gobernados por un extraño cochero que hace subir con su brazo al aterrado Johnathan. A la llegada del castillo, que se nos presenta como gobernante de las montañas, Harker quedara en la puerta apareciendo Drácula, cuya primera muestra es su sombra en clara referencia a la película de 1922, dando paso a la imagen de un anciano decrepito y absolutamente pálido, quién le dirá que ha de entrar por su propio pie en el castillo, todo esto con sonidos fantasmagóricos que cesan una vez el joven pone el pie en el castillo. En la cena, el Conde mostrará el orgullo de su raza e inquietará al visitante. Un momento clave del film es cuando ve el retrato de Mina, su mirada se calva en ella como si hubiera visto un fantasma, en cuanto se entera de que Harker va a casarse con ella su sombra muestra el verdadero sentimiento del anciano (estrangularle) mientras en cuerpo le da la enhorabuena. Para su desgracia el joven Harker tendrá que pasar un mes en la residencia del joven, la escena concluye de manera magistral con Drácula marchándose abriendo su capa y envolviendo a Johnathan entre las tinieblas (su mundo).

-El sexo: Frecuente en toda película de vampiros que se precie y en la obra de Stoker por supuesto, el mero hecho de que los vampiros muerdan en el cuello y de que atraigan a sus victimas a través del placer es prueba de ello. Como menciona Van Helsing en su primera aparición, el vampirismo se puede relacionar con la sífilis (asignatura que está explicando en su primera aparición en pantalla), pues ambas se contraen a través del sexo. En el film hay dos secuencias remarcables. La primera la aparición de las novias de Drácula a Harker, mientras el joven está caminando por el castillo unas voces extrañas lo llaman y lo conducen a una habitación en donde se tumbará en la cama. De manera sobrenatural irán apareciendo cada una de las diabólicas concubinas que atacarán al joven de forma placentera (el joven experimentará de igual manera el dolor y el placer). La secuencia es erótica a más no poder con planos detalle muy sugerentes (los besos de las novias, el lametón en el pezón de Johnathan, la mirada de una de ellas) que termina con la aparición de Drácula quien afirma en un primer plano memorable que “Si. Yo también he amado. Y volveré a amar otra vez” tras la insolencia de una de sus siervas culpándole de que él no sabe que es el amor. La segunda secuencia altamente erótica es el primer ataque a Lucy, la amiga de Mina. Personaje de alta sensualidad desde su primera aparición (no en vano es pelirroja y en más de una ocasión aparece vestida de rojo), y cuyo primer encuentro con el vampiro será en los jardines, bajo la tormenta, protagonizando una escena de sexo con la imagen de drácula en forma de hombre-lobo, siendo descubierta por Mina, quien se queda atónita ante tal visión (¿Y quien no?).

-La llegada a Londres: Composición francamente magistral. De nuevo vuelve a aparecer una voz en off (la de Van Helsing) que relata los hechos acontecidos en el barco en que viaja el Conde. A medida que se va acercando a Londres todo se irá derrumbando. La puesta en escena es antológica y vuelve a homenajear el film de Murnau con el acercamiento del barco a la ciudad. Coppola en todo este tramo no deja de mover la cámara, dando inestabilidad, reforzado con la terrorífica música de Kilar (Lucy y Mina en el jardín; Renfield gritando en el manicomio; Dr. Seward drogándose; un lobo escapando del Zoo).

-Lucy (Deseo): Como he mencionado es la mejor amiga de Mina. Creo que he de hablar de ella a parte pues representa el deseo de Drácula, su alimento. La ataca tres veces, la primera, mencionada anteriormente, a su llegada. El segundo ataque coincide con la llegada de Van Helsing, en su forma de sombra (de nuevo homenaje a Murnau) Drácula se ha alimentado por segunda vez de la sangre de la joven, saliendo por la ventana su sombra goteando sangre (gran puesta en escena). Poco a poco La joven irá cambiando y sintiéndose más debilitada, con un deseo incontrolable de alimentarse (tremendo el plano del cuello de uno de sus pretendientes a cámara lenta y la vena latiendo). A pesar de los esfuerzos de Van Helsing y los hombres, Drácula concluirá su vampirización de la joven con un tercer ataque mortal, esta vez en forma de lobo y lleno de odio, pues Mina se ha ido a casar con Harker. La secuencia es demoledora, alternándola con el casamiento, vemos como a la par se levanta una tempestad y el lobo, desde una vista subjetiva y destrozando todo a su paso (las flores se marchitan, los hombres caen), entra en la habitación y succiona hasta la última gota de sangre de la chica. La escena no podría concluir de forma más sanguinaria, con la habitación empañándose completamente de sangre (¿homenaje a “El Resplandor”?).

Van Helsing: La Némesis de Drácula. Este hombre, profesor de ciencia, es un sabio conocedor del mundo vampirico. En la película es un hombre inteligente, con un sentido del humor cínico (el momento en que relata como le cortaron la cabeza a Lucy mientras saborea un buen filete). Posee la misma sangre fría que la que gasta Drácula por sus venas. Su obsesión por destruirlo es tal que pondrá en peligro muchas vidas, incluida la suya, a pesar de que sienta admiración por él lo trata como el mal del siglo, la enfermedad más grande que jamás haya pisado la tierra.

La tumba de Lucy: Una de las secuencias más terroríficas del film. Tras la muerte de la joven, el profesor Van Helsing pide a Seward, Quincy y Holmwood que le acompañen a poner paz en la vida de Lucy que ahora vaga en las tinieblas. Al llegar al mausoleo de la chica, abren el ataúd y descubren que no está. Ha salido de caza. Su aparición en escena es de las que ponen los vellos de punta, vestida completamente de blanco, con labios rojos, y con un niño en sus brazos. La joven intentará seducir a Holmwood acercándose poco a poco, hasta que aparece de repente en escena la cruz (por un lateral) portada por el profesor. En ese momento comienza lo que es un homenaje a “El Exorcista” de Friedkin. La chica se mete en el ataúd, mientras Van Helsing pronuncia palabras religiosas la vampira sale y le escupe sangre (¿Os suena de algo?). Para finalizar, Holmwood, su prometido, es el encargado de atravesarle el corazón con una estaca, para posteriormente separar su cabeza del cuerpo. Una secuencia absolutamente memorable.

Mina (Amor): Personaje crucial. Luz de todas las luces. Ella es Elizabetha reencarnada, a la cual Drácula ama por encima de todo. Su primer encuentro no podría estar mejor presentado. Tras morder por primera vez a Lucy, y adquiriendo una apariencia humana elegante y misteriosa, se nos presenta a Drácula caminando por la calle con imágenes tomadas por un cinematógrafo antiguo, y no es por casualidad. En la calle anuncian el mayor invento del siglo: el cinematógrafo. Siguiendo a Mina, Drácula se excusa tras tropezar con ella y le pide por favor que le indique donde se encuentra tan brillante invento. La joven, esquiva al principio, decide acompañarle tras conocer su condición de príncipe. En el cinematógrafo Mina se asustará y él la llevará casi flotando hasta un rincón en donde la hipnotizará y la preparará para morderla. Drácula se alza hasta quedar en primer plano con los ojos inyectados en sangre muy abiertos y los colmillos saliendo, “He cruzado océanos de tiempo para encontrarte” le dice (Frase mítica en la historia del cine). La va a morder pero se detiene, contempla su rostro y se echa para atrás. Ella no es una más, es el mayor amor de su vida y como reza el cartel de la película “El amor nunca muere”. Tras esto Mina huirá del extraño hasta que este la salve de la presencia de un lobo, y entre ambos se cree una conexión de afecto desde ese momento. El segundo encuentro entre ambos será en una cena, Mina ha pensado en él y visualiza el país en que vive a la perfección, incluyéndolo a él y a la princesa que cayo al río. No hay duda, es Elizabetha reencarnada. Drácula se acerca a ella y recoge una lagrima de su mejilla convirtiéndola en un diamante, con él ella se siente bien, completa, y no le tiene miedo. Su último encuentro es mi escena favorita, dicho sea de paso. Mientras Van Helsing, Johnathan y el resto destruyen las cajas que contienen la tierra de Drácula y le da poder, este va a visitar a su amada. Entrando en la alcoba en forma de humo verde, se materializará y aparecerá junto a ella en la cama. Entonces será cuando él le diga quien es, el hombre que ha atemorizado a todo el mundo, la pesadilla del hombre. Aunque lo golpee sin piedad ella no puede negar lo que siente, lo ama por encima de todo. Planificada como si de un tragedia shakesperiana se tratara, Mina le pide que la lleve con él, quiere convertirse en lo que es él, a lo que él responde que no está dispuesto a condenarla (¡¡¡sorpresa!!!). Drácula en ningún momento nos lo hemos imaginado perdonando la vida, y menos a una mujer, y aquí por amor se niega a morder a la mujer que más desea en el mundo. Tras las suplicas de ella, el vampiro accede, cortándose en el pecho y lamiendo ella de él (erotismo en estado puro). Pero aquí no acaba todo, porque serán interrumpidos por los cazadores capitaneados por Van Helsing. Otra escena para recordar. Entran en la habitación y no hay nadie. De repente el vampiro se muestra asustando a todo el mundo (no conozco a nadie que no se le haya puesto el vello de punta ahí), en su forma más diabólica, maldiciendo a Dios, que le ha condenado a vagar de noche toda la eternidad tras haber luchado por su iglesia hace siglos, e incluso prendiendo fuego a la cruz con su aliento en una escena absolutamente terrorifica. Una secuencia completamente perfecta en donde en un mismo espacio filmico se dan lugar el amor, el deseo y el más absoluto terror.

El final: Perfecto. Así defino el tramo final. Las novias atacan a Van Helsing, quien defiende a Mina rodeándola con un circulo de fuego. De nuevo los recursos clásicos, como son la utilización de las sombras cuando ellas matan a los caballos y el montaje a través de encadenado desde el circulo de fuego hasta el radiante sol, vuelven a hacer su aparición. Después ocurre la escena de más acción del film, los cazadores tras el carruaje de Drácula evitando que llegue a su castillo mientras Mina realiza brujería para que el sol se ponga, Coppola va mostrando poco a poco como el sol va poniéndose a medida que el carruaje se acerca a su destino y los cazadores intentan destruirlo, el montaje en paralelo crea una atmosfera de absoluto suspense. El momento final es intimo y trágico. Tras recibir un corte en el cuello por parte de Harker y comenzar a desangrarse, Drácula será llevado por Mina al interior del castillo, al mismo lugar donde comienza la película. En su forma vieja y decrepita Drácula le pide que le traiga la paz, a lo que ella accede entre llantos y dándole un beso de despedida (el beso más gore que he visto en años), le clava la espada en el corazón y el Conde vuelve a su imagen real, la del príncipe Vlad, acompañado por un coro celestial. La cruz que un día fue herida por su espada, y cuya sombra cae en su rostro, se cura, curándose también el corazón de Drácula y volando al cielo a reunirse con su amada (el plano final es simplemente apoteósico mostrándonos el dibujo de la cúpula con Drácula y Elizabetha volando entre las nubes).

Dirigida por Francis Ford Coppola (creador de la Obra Maestra, y mi película favorita, “El Padrino”), quien demuestra un uso magistral del lenguaje cinematográfico y sus recursos, con una puesta en escena única e incomparable, predominando los escenarios góticos, fotografia fantasmagorica y tenebrista y una fuerza visual como pocas veces se han visto en la pantalla. La música de Wojciech Kilar es una de las espinas dorsales del film, dotando a las imágenes de más fuerza si cabe y con temas terroríficos, “The Storm” por ejemplo, y coros sobrenaturales. El vestuario es perfecto, así pues por ejemplo la primera aparición de Drácula es con una larga capa roja con dos dragones dorados a cada lado (pertenece a la dinastia de los dragones), mientras que en su primera aparición publica ante Mina viste de manera clara y elegante.
El reparto está formado por Gary Oldman como Drácula, consiguiendo la más trágica de las representaciones del personaje y dándole diversos matices (no en vano Drácula se muestra de diferentes formas y el actor tuvo que someterse a largas sesiones de maquillaje), el actor está fabuloso y es su interpretación más memorable para mi gusto; Winona Ryder es Mina, a la que transmite dulzura y delicadez, además de erotismo cuando debe (le escena con Van Helsing), y con muy buena química en pantalla con Oldman (según comentarios ambos se llevaban a matar); Anthony Hopkins es Abraham Van Helsing, papel que el actor brítanico bordo de manera prodigiosa tras ganar su Oscar; Keanu Reeves como el joven Johnathan Harkes, uno de sus primeros papeles importantes; Richard E. Grant como el Dr. Seward; Gary Elwes como Holmwodd; Bill Campbell como Quincey P. Morris; Sadie Frost como la ardiente Lucy; y Monica Bellucci como una de las novias de Drácula (¡¡quién fuera Keanu Reeves en esa escena!!).
La película consiguió tres Oscars correspondientes a Vestuario, Maquillaje y Efectos Sonoros, además del premio Fotogramas de Plata a Mejor Película Extranjera en el año 1992.
Mencionar la bella canción de Annie Lennox “Love Song for a Vampire”, la cual es un tema clásico desde el estreno del film y cuyo titulo no puede ser más adecuado con referencia a la película.
Con esto finalizo mi comentario de esta obra, Oda de Amor al vampiro más famoso de la historia de manos del inigualable Coppola.
9,5/10

4 Comments:

Blogger Javi said...

IM-PRESIONANTE.

Una enorme critica, te has superado a ti mismo tio!!

Me ha parecido sinceramente soberbia.

Y la película, ya sabes que me encanta, a ver si la puedo volver a ver.

Un saludo

23:09  
Blogger R.Cervantes said...

Muchas gracias, es una de las películas que más me impactaron cuando la vi en VHS de niño, y le tengo un gran cariño. Hay mucho que comentar sobre esta película.
Saludos.

12:38  
Anonymous Anónimo said...

Es una historia de amor eterno y a la vez una obra de arte del cine de terror.
Creo que es magnifica

14:14  
Anonymous Anónimo said...

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